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Es Noticia

Los mecheros de Madrid no pesan


Debe de ser eso, que en la atmósfera madrileña, igual que en la catalana, la gravedad disminuye el peso de los objetos hasta hacerlos inofensivos y livianos. Debe ser así por lo que una vez más, la vara de medir de unos comités de vergüenza, a imagen y semejanza del fútbol y el país al que pertenecen, es distinta según el lugar donde sucedan las cosas.
Seiscientos euros, seiscientos míseros euros por lanzar un objeto e impactar en la cabeza de un jugador. Y eso que era Cristiano ¿Se imagina alguien lo que hubiera pasado si ese mismo objeto u otro, como una mortífera bola de papel, por ejemplo, hubiera impactado en la sagrada cabeza de Cristiano Ronaldo pero encontrándose en una atmósfera diferente? ¿Digamos que, por ejemplo, la sevillana? Una vez más se hubiera hablado en todos los programas de radio y televisión de  aficionados incontrolados, que llovía sobre mojado, de deficiencias de seguridad, etc. Claro que eso no pasa en el Calderón, allí nunca se tira nada, ni se paran partidos por lanzamientos de objetos, ni se lanzan botellas de whisky, ni hay vergonzosos cánticos ofensivos. Allí, en Madrid no pasan esas cosas.
Vaya por delante, que me parece injusto cerrar campos por un comportamiento puntual de un aficionado lanzando un objeto que es cierto que puede ser introducido legalmente en el campo. Evidentemente, no es un acto excesivamente grave ni el club tiene culpa alguna. Pero, claro, esa vara se aplica de Despeñaperros para arriba. Aquí, en el sur, es diferente. Nadie sabe cual es el criterio para juzgar un mismo hecho, cual es la regla que lo mide. Sencillamente porque no la hay, la norma se aplica diferente según el lugar donde ocurra.
Claro que ahora de golpe se encuentran con un 'marrón' con el que no contaban. Resulta que en Villareal ocurre un hecho que de por si y aplicando la lógica es extremadamente grave y que debe suponer el cierre del estadio, aun cuando se trate de un estadio con una afición teóricamente pacífica y obra de un loco con toda la pinta de querer hacer daño al club. El lanzamiento de un bote de gas en un campo de fútbol es algo muy peligroso, ya estamos hablando de palabras mayores. No duden que si hubiera ocurrido en Sevilla, que podría porque locos hay en todos sitios, estaríamos hablando de que no volveríamos a ver el Sánchez Pizjuan o el Benito Villamaría abiertos hasta el año que viene. ¿Pero Villareal? Eso no es Andalucía…, pero, por otro lado, tampoco es Madrid ni Barcelona. ¿Cómo afrontar esto? ¿Se aplica una sanción ejemplar cuando hace menos de una semana han sancionado, es un decir,  a otro equipo con una multita de risa? ¿o se buscan excusas para no cerrar el estadio creando un gravísimo precedente que abriría la veda y los agravios comparativos en cualquier campo que no sea madrileño o catalán, donde ya está permanentemente abierta?
Esperemos acontecimientos, seguramente esta vez tocará una moneda al aire, la semana pasada no, la semana pasada ya se sabía que en la atmósfera madrileña los objetos no pesan.
 

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