Un grito argumental
El FC Barcelona, si nada se tuerce en las próximas horas, confirmará la venta de Carles Pérez a la Roma. La Serie A recogerá un nuevo canterano azulgrana por una cantidad superior a los diez millones de euros y, de paso, confirmará una de las grandes citas populares: gritar nunca te da la razón.
Nacido en Granollers hace algo más de 21 años, Carles Pérez se convierte, de forma automática, en la última víctima de la mentira culé. Una mentira instalada en el Camp Nou desde que Pep Guardiola se marchase y que, a voces, se ha defendido siempre en Can Barça.
El joven extremo, a la sombra del brillo y la explosión de Ansu Fati, se marcha tras jugar 13 encuentros con el primer equipo y anotar tres goles. Se marcha pocos meses después de renovar su contrato con el Barça y tras salvar al equipo en varios encuentros como el de Milán ante el Inter con su gol o ante Osasuna, por ejemplo, con dos asistencias.
Jugó por la derecha, por la izquierda, como titular durante 80' o como suplente apenas otros diez. Pero no es brillante. No sonríe igual, no cae tan bien.
En el equipo dirigido por Josep María Bartomeu se prefiere invertir 120 millones de euros en un Antoine Griezmann que continúa sin brillar, en una cesión por Boateng o, como parece que se realizará, en una nueva locura económica por Rodrigo, un grandísimo delantero que no estuvo, en teoría, preparado para venir el Barça el pasado verano.
La película de Setién con Riqui Puig y Carles Pérez
Porque la única realidad, más allá de opiniones, es que Ernesto Valverde era habitualmente, con parte de razón, señalado por no dar oportunidad a los jóvenes. O al joven, que es Riqui Puig. Quizá sería el momento de hablar sobre Ansu Fati, Carles Pérez, Arnáiz, Cucurella, Oriol Busquets, David Costas, Miranda, Chumi, Wagué, Collado, Jorge Cuenca, Abel Ruiz y Araujo. Incluso el mediocampista debutó con él.
Pero Setién 'abrazó' a Riqui Puig: foto con él en su primer día, aplausos en redes sociales, visita al Barça B y lluvia de halagos. Pero la primera salida, la de un canterano y con Luis Suárez lesionado. Esa, si nada se tuerce, es la única realidad.
Las películas, buenas o malas, siempre repiten la historia: el bueno, buenísimo, sonríe, se gana la admiración del espectador, el aplauso fácil... hasta el grito argumental. O giro, qué mas dará. Si al final lo importante es salir guapo en la foto.
Algunos seguirán gritándolo -más fuerte que nadie-, algunos seguirán prometiendo que La Masía es pieza indispensable de este equipo pero la realidad seguirá siendo bien distinta. Y no me hablen de los chicos que están pero salieron con Guardiola, por favor.