Os escribo este artículo a colación de la retirada del fútbol en activo hace unos días del que fue mi compañero en el centro de la zaga en el Sevilla F.C., Javi Navarro.
Creo que todos estaremos de acuerdo en la importancia que para cualquier colectivo o grupo tienen en su ideario lo que venimos a denominar los símbolos. Pueden ser inanimados (una imagen, una bandera, un escudo, una marca…) o bien que posean vida propia (un animal, una flor, alguien en concreto…). Todos ellos transmiten, al conjunto de personas que los consideran suyos, emociones y sentimientos muchas veces difíciles de expresar y de entender con la razón. Pero significan tanto… Son el espejo en el que mirarse y la energía que nos enciende de nuevo cuando los sentimos cerca.
En el mundo del fútbol, que es el que nos apasiona a todos, o por lo menos a algunos entre los que me incluyo, tampoco escapamos a estos sentimientos. Los escudos de nuestros equipos, las banderas, los himnos, los estadios…y las personas. Aquellas que nos han hecho vibrar y emocionarnos con sus actuaciones. Aquellas que hemos llegado a idolatrar o a admirar por como han sido capaces de llegar al fondo de nuestros corazones por muchos motivos; algunos racionales y otros…
Desde dirigentes que con su labor engrandecieron sus Clubes, entrenadores que dejaron su impronta, aficiones que jamás abandonaron sus colores, y jugadores que llegaron a enloquecer a miles y miles de aficionados. Sobre estos me voy a detener un poco más: al fin y al cabo son a los que vamos a ver cada partido y lo que todos hemos querido ser cuando soñábamos durante la etapa más bonita de nuestras vidas…en la niñez.
Para mí hay diferentes formas de llegar a ser un símbolo como futbolista aunque todas tienen un denominador común: haber defendido una misma camiseta durante un tiempo estimable y haber conseguido transmitir algo diferente e importante a muchos otros, un sello propio. Los ha habido que ya desde la cuna nacieron con unos colores y fueron fieles a ellos.(Guardiola, Julen Guerrero, Casillas, Maldini); otros sin embargo llegaron ya siendo hombres y conquistaron el corazón del lugar (Di Stefano, Juan Arza). El pundonor y la casta ha sido el legado de algunos (Puyol, Camacho); mientras que la elegancia y el fino estilismo también han tenido su lugar de privilegio en otros casos ( Butragueño, Kiko).
¿ Son necesarios los símbolos en los Clubes de fútbol? ¿Qué significan para ti? ¿ Hacen bien los Clubes en “aprovecharse” (en el buen sentido) de ellos? ¿Qué y a quienes consideras tus símbolos?
Os lanzo todas estas preguntas a ver que opináis al respecto. Prometo mojarme y daros mi opinión muy pronto…la semana que viene.
Os espero.