Me refería en la anterior 'entrega' de este blog a ese modo reconocible de
hacer las cosas del Sevilla. De sus dirigentes.
La primera, en la frente (en la mía, por supuesto): me da la sensación de que en esta ocasión han errado. Un error de cálculo. Una sorprendente grieta en su habitual proceder y en la gestión de los recursos del club. No ya por la destitución de Jiménez, una acción seguramente discutible pero cargada de racionalidad.
Pero si el sustituto designado era Luis Aragonés (y parecia una buena elección, porque este Sevilla lo que necesita ahora es liderazgo y motivación), debieran haberse atado las condiciones antes de cortarle la cabeza al de El Arahal. Todo lo demás, a partir de ahí, son parches.
Y no tenían más que recordar la trayectoria del Betis en los últimos años para concluir que los parches, por regla general aunque unos más que otros, son el banderazo de salida a una 'emocionante' carrera sobre el alambre.