Es Noticia

El Levante se abandona a su suerte

Muñiz, Quico Catalán y Tito conversan antes de un partido del Levante UD.
Javier Mínguez

Hay compañeros que lo hacen y lo respeto pero no me gusta escribir en caliente. Sentarse delante del ordenador el domingo de autos o a la mañana siguiente para describir lo sucedido en Anoeta no es agradable aunque sí sencillo, las palabras salen solas, casi no habría ni que escribir, sólo poner una galería de fotos que describen perfectamente lo que sucedió frente a la Real Sociedad. El lunes, el Consejo de Administración se reunió para decidir la continuidad o destitución de Muñiz, algo que desmintió su presidente posteriormente, y a esa prudencia de no ponerse delante del teclado sólo unas horas después de lo sucedido se me une la pereza, que va en crecimiento, que me producen los movimientos por parte del órgano rector del club. Pero no queda otra, hay que contar las cosas que suceden en las tripas del Ciutat de València y el resumen no es otro que el Levante UD se abandona a su suerte.

Y esa suerte no es otra que los resultados. Susto o muerte. Lo primero, porque salvo que cambie mucho la forma de jugar del equipo y los tres rivales que están por debajo sigan sin sumar ni un punto, va a tocar sufrir en lo que queda de segunda vuelta. ¡Ojalá! Bendito padecer si es para constatar un final feliz. La segunda posibilidad es la defunción, es decir, que el antaño brillante proyecto deportivo se marche al traste con un segundo descenso a Segunda División. La línea temporal de lo sucedido en el final de la pasada semana y el arranque de la actual es la petición por parte de Quico Catalán a Tito que tomase la difícil decisión y ésta, como es conocido, ha sido mantener a Muñiz en el banquillo de Orriols. Una conclusión a la que ha llegado el director deportivo en el que ya pocos creen en el Consejo, por lo que ya todo empieza viciado, y por tanto un veredicto que pocos de los ocho que estaban sentados en esa sala del Ciutat respaldaban. Lo que, en términos de lógica, viene siendo un disparate. Eso sí, al final, los mandamases tomaron la única determinación que cabía en términos de no autodestrucción y no fue otra que respetar el criterio de los técnicos y, por tanto, mantener a Muñiz en su puesto.
Lo otro, no hacer caso del informe de Tito, habría supuesto seguramente perder no sólo al entrenador, sino también a las cabezas visibles de la dirección deportiva porque entiendo que el de Benidorm, con todos sus errores y aciertos, es una persona coherente y con una entereza como tal. Harina de otro costal es lo que vaya a suceder con la cúpula técnica el próximo verano, todavía con un año de contrato por delante. A partir de ahora, todo lo que pase viene a cuenta del Consejo de Administración y su presidente que, después de lo sucedido el pasado verano con los fichajes, parece que no supieron dejar claro que el vodevil no podía repetirse en enero. Y, como añadido, y dando como buena la versión oficial de que no se reunieron para tratar el futuro de Muñiz, han tardado 19 jornadas en montar un comité de urgencia para investigar en cuáles son los males del Levante UD y por qué no llegan los buenos resultados. Una muestra más de que hace bastante tiempo que la exigencia brilla por su ausencia.
Por tanto, y creyendo a pies juntillas lo dicho por Quico de que Muñiz "es el entrenador del Consejo", habrá que confiar en que el trabajo del gijonés surta mejores efectos. Porque, y a riesgo de ser ingenuo, en un mundo normal cuando alguien es "tu entrenador" no lo despides en el caso de que los resultados sigan retorciéndose. El asturiano, por cierto, antes del partido contra la Real Sociedad se echó algo más de tierra en una tumba deportiva que al final no ha sido tal, ya que es "nuestro entrenador", el de la directiva digo. Y el mío también pero no tiene ni pies ni cabeza que insista en que el Levante esté jugando de la manera que "rinde mejor" porque lo de rendir bien, como futbolística y humanamente se entiende, hace bastante tiempo que no lo hace. Desgraciadamente, como estímulo para la reacción, la solución más fácil y evidente era la más drástica pero eso ya es pasado, aunque colee. Sólo espero que el gijonés, con los discretos mimbres con los que cuenta, esconda la testarudez y vuelva a sacar a relucir la parte, importante parte, de gran entrenador que es. Suerte.

Escribir comentario 0 comentarios
Deja una respuesta
Su comentario se ha enviado correctamente.
Su comentario no se ha podido enviar. Por favor, revise los campos.

Cancelar