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Es Noticia

Sucedió en Getafe

Gaizka Garitano y Patxi Ferreira siguen el juego del Athletic en Getafe (Foto: LaLiga).
Alejandra Herranz

Llegaba bien el Athletic Club a Getafe, con viento a favor. Octavo en la clasificación de La Liga, con 43 puntos. Con aspiraciones europeas para jugar su partido correspondiente a la jornada 31. Con un buen desempeño colectivo y también individual. Tenía todo a su favor.

Pero en Getafe soplan vientos de cambio. Un equipo acostumbrado a estar en los puestos de mitad de clasificación para abajo, cuando no peleando por no descender, se encuentra esta temporada en puestos de Champions. Cuarto en la clasificación a falta de 7 jornadas para el final de esta Liga 2018-2019.

Ibai Gómez se duele sobre el césped del Coliseum (Foto: Athletic Club).

Así como en el Athletic se nota la mano de Gaizka Garitano, en el Getafe se nota la gestión de Pepe Bordalás. De este modo llegaban los dos equipos a enfrentarse en el Coliseo getafense.

Prometía el partido, a priori. Dos conjuntos con aspiraciones europeas y con chances ciertas de lograrlo. El Getafe, hacia la Champions. El Athletic, hacia la Europa League. La teoría invitaba a un choque de titanes.

Pero en la práctica fue otra cosa, mucho más ríspida (nota de ElDesmarque: 'que es difícil o costoso de realizar o soportar, por su dureza o violencia, porque requiere mucho esfuerzo o porque causa padecimiento'), de marca, de cautela. De no darse espacios los unos a los otros y viceversa. Que el sueño europeo marcó mucho la intensidad y las oportunidades buscadas y permitidas.

Mata le dio un buen susto a Iago Herrerín en el Coliseum (Foto: LaLiga).

En la primera etapa dominó el Athletic. Pero la lesión de Ibai y su cambio obligado por Susaeta, marcó el resto del partido para el equipo bilbaíno. Córdoba quiso y no siempre pudo, y se fue quedando sin fuelle conforme avanzaban los minutos. El Athletic no contaba con Iker Muniain (suspendido por acumulación de tarjetas amarillas) pero sí con el regreso de Aduriz, quien finalmente entró faltando pocos minutos.

Para entonces, ya era la segunda parte. Y dominaba el Getafe. Que demostró que no está donde está en la clasificación porque se lo hayan regalado. Creo, honestamente, que se lo ganó a pulso. En 45 minutos construyó su partido. Y el gol de Ángel (que había entrado para suplir a Mathías Oliveira) tras asistencia de Portillo (que había ingresado por Foulquier, que anduvo de marca dura) llegó más por mérito de los locales que por errores de la visita.

Ambientazo zurigorri en el Coliseum con el Athletic Club (Foto: LaLiga).

Ahora el Athletic cambió de viento. Ya no viene desde la popa, sino desde la proa. El timón de Garitano está: desde su asunción ha logrado otro Athletic con los mismos jugadores con que contó el Toto Berizzo. Y el Athletic continúa octavo en la clasificación, a falta de 7 jornadas para el final.

Con aire de frente hay que remar mucho. Se requiere más esfuerzo, más resistencia, más constancia, más temple. Si el Athletic consigue centrarse en sus habilidades blandas, porque su fútbol lo ha encontrado. Entonces el viento será un aliado, venga de donde venga. Esta es la invitación para que no se repita lo que sucedió en Getafe.

Alejandra Herranz, periodista y blogger 

@aleherranz

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