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Es Noticia

Michu, mejor en avión

Redacción local


Hubo gente que, en su momento, tomó por loco a Michu. Que cómo podía dejar pasar la oportunidad de jugar en Primera, que qué era esa chiquillada de reunciar al Sporting sólo por amor al Oviedo. Gente tan iluminada que incluso llegó a predecir su final deportivo porque a ese edad (23 años) el tren no volvería a pasar. Que era el último. Y ellos lo sabían, claro.
De aquel fenomenal pronóstico han pasado casi cuatro años. Michu jugaba con el Celta en Segunda después de embarrarse con el Oviedo en Tercera. Y el Sporting, que lucía palmito en Primera, le abría las puertas de la élite. Lo lógico era pensar que debía aceptar la oferta. Pero él atendió a su corazón azul, y los corazones no piensan.
Resultó que, efectivamente, aquel tren no volvió a pasar. Lo que pasó fue el AVE para llevarle al Rayo Vallecano, y después al Swansea y situarle en el escaparate mundial, mano a mano toda la temporada en la lucha por el pichichi con el tal Van Persie. La razón le llevaba a El Molinón y el corazón azul le plantó el Old Trafford.
Esta vez el billete es de avión, del mejor avión del fútbol. Cuando entre en ese vestuario y se vea entre los más grandes, Michu no recordará a quienes entonces le dieron el pésame. Él no es así. Al contrario. Sólo tendrá palabras de agradecimiento, incluyéndoles, por supuesto. Porque esa página la ha pasado hace mucho tiempo. Sólo los que le conocen se acordarán hoy de las lágrimas que le acompañaban en esos viajes de vuelta a Vigo desde Oviedo. En esos meses duros de banquillo en los que no encontraba respuestas a nada, ni a su suplencia, ni a su destino. De aquel tiempo detrás del foco en el que, a diferencia de hoy, al otro lado del teléfono siempre estaban los mismos. Ni uno más.
Aunque muy tardía, la convocatoria con la Selección es un premio merecidísimo, que hace reconoce tantos goles y tantas y tan buenas actuaciones. La lesión de Villa es sólo la (triste) anécdota que alumbra una especie de justicia poética: un seguidor del Oviedo sustituye a un seguidor del Sporting, el equipo a cuyo tren renunció para estar, por fin, entre los mejores.

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