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Es Noticia

El Tour de Italia

31 años siguiendo la información del Athletic.

 

 
Desde Pinerolo (Italia) 
 
El Giro y el Tour se dan la mano en Pinerolo. En la meta de la etapa comienzan a aparecer los personajes que habitualmente pululan por la carrera italiana. Periodistas, exciclistas como Felice Gimondi,  ganador del Tour, por cierto, o directores como el inefable Gianni Savio, como siempre hecho un pincel, con su traje a medida, sus zapatos relucientes y el bigote blanco a juego con el tupé exquisitamente peinado. 
 
En Italia se toman el Tour muy en serio, a pesar de que Pantani ya murió y de que ni siquiera aquí consideran a Ivan Basso como uno de los candidatos a ganar, pero la pasión por el ciclismo, la cultura ciclista, se respira a cada paso. También la amabilidad de la gente, encantada de recibir la carrera francesa. Aqui, el ciclismo es algo muy serio. Nadie se lo toma a broma. 
 
No como les ocurre a los miembros de ESAIT en el País Vasco, que no quieren la Vuelta a España en Euskadi y lo manifiestan a través de dos ex ciclistas, uno de ellos, Unai Etxebarria, con pasaporte de la Venezuela de Hugo Chávez, y Josune Artolazabal, que disputó dos mundiales de ciclismo vistiendo los colores rojo y gualda de la selección española. Dos ¿deportistas? que no admiten preguntas y además tienen entre sus planes tratar de boicotear una prueba deportiva. Edificante. Otra manera de introducir la manipulación política aprovechándose de un acontecimiento de amplia repercusión y que es aceptado -pese a lo que ellos digan- por la mayoría de los habitantes del País Vasco. 
 
En Italia no ocurre. Se recibe con pasión al Tour, como si fuera de casa. Se admira a los campeones. Se celebra con algarabía la batalla en el último descenso; el carácter ganador de Contador, la valentía de Samuel Sánchez, el arrojo un tanto insensato de Voeckler. Eso y al vencedor del día, Boasson-Hagen, que ya suma dos triunfos de etapa. Se celebrará, también, lo que suceda en el Galibier, la batalla que se espera en las cimas alpinas los dos próximos días. Lo celebran en Italia y en cualquier lugar en el que se aprecie el deporte. 
 
Sólo a quienes aprovechan para utilizar las carreras como altavoz de sus reivindicaciones les trae sin cuidado lo que suceda en el Telegraphe o el Galibier. Lo suyo son los eslóganes pasados de  moda en su mayoría y la reivindicación, rancia casi siempre. 
 
 
 

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