A tortas con la cubierta
Quién nos iba a decir que en pleno confinamiento, las obras de remodelación del Ciutat se iban a convertir en el principal caballo de batalla del club. Con la paralización la semana pasada del sector de la construcción, los trabajos en el estadio también han tenido que echar el freno y recalcular plazos de ejecución, con lo que ello supone.
Sin que AFE, LaLiga y la RFEF consigan unificar criterios respecto de la disputa de lo que resta de temporada, el Levante UD, podría verse en la tesitura de tener que reanudar la competición sin poder jugar como local en Orriols.
Ello abre un debate que no es nuevo en Valencia. En su momento era el Valencia, que en caso de vender las parcelas del actual Mestalla, no tendría campo propio hasta que no se terminase el nuevo Mestalla, y el Ciutat era la opción más factible, aunque como bien sabemos, quedó en agua de borrajas.
Ahora es el conjunto granota el que podría necesitar de Mestalla para jugar como local hasta que terminase la instalación de la cubierta en el Ciutat de València. Lo bien cierto, es que hay multitud de escenarios abiertos, pero a priori, el que cobra más fuerza es seguir jugando en la ciudad como local. Siempre he dicho que es todo un lujo que una ciudad como Valencia, pueda tener dos equipos en primera división, y me consta que así lo entiende el Levante y lo entendía el Valencia, aunque con Anil a la cabeza, todo puede pasar.
Marcharse a Villarreal, pese a que seguro que no supondría un problema para el submarino, si lo sería para los aficionados y los desplazamientos a ver jugar a su equipo, y jugar como visitante lo que queda por delante, sería injusto también para ellos, que no podrías ver a su equipo hasta que arranque (cuando lo haga) a temporada 20/21.
Disputar como visitante los duelos ante el Sevilla, Atlético de Madrid, Betis, Real Sociedad, Athletic de Bilbao y Getafe, supone jugar con el factor campo en contra (algo muy habitual cuando hablamos de baloncesto), y hacerlo supone poner en riesgo no la permanencia, pero si la tranquilidad con la que afronta el club el tramo final de competición.
Como aficionado y periodista de baloncesto, no puedo marcharme sin dedicarle unas palabras a Martín Labarta, delegado de Valencia Basket las últimas 26 temporadas, que nos dejó ayer noche. Seguro que el club prepara un homenaje a la altura de su persona (en cuanto puedan volver a llenar la Fonteta), que ha dejado un hueco irremplazable en el club, sus aficionados y periodistas, a los que nunca nos brindó un mal gesto o una mala palabra. Mi más sincero pésame a la familia y amigos. DEP