Sin chispa europea

Tampoco será esta temporada. No termina el Real Betis de colocar sus resultados y logros europeos a la altura de la dimensión social e histórica que tiene esta centenaria entidad. Un déficit que viene de años, demasiados, y que al menos uno más se alargará tras lo vivido en Zagreb. Un final de trayecto demasiado prematuro y que deja sensaciones frías.

La campaña continental del Betis ha sido decepcionante. Lo fue en la Europa League, donde cayó en la fase de grupos en la que debió pasar. Hasta lo tuvo por dos veces en su mano para hacerlo, en Praga y en la jornada final contra el Rangers. Pinchó. También en la Conference, donde a las primeras de cambio fue apeado ante un rival que debió superar por entidad, pero ante el que cayó con toda la justicia.

Ya comenzó torcida la ida contra el Dinamo de Zagreb, por lo ambiental con lo sucedido con las entradas, también en lo futbolístico con una pobre imagen en el Benito Villamarín. En la vuelta, cuando se esperaba un sobreesfuerzo y poner al límite a los croatas para buscar la remontada con fútbol y máxima intensidad, poco o nada.

Se podrá calibrar, siendo quisquilloso, si hubo en la vuelta algo más de chispa que en la ida. Pueda que la hubiera, pero fue tan leve que resultó insuficiente para levantar la eliminatoria, por más que Bakambu la igualara en primera instancia con su gol. En pocos momentos dio la impresión este Betis de poder voltear el emparejamiento y meterse en octavos.

Cuestión de determinación, pero también de fútbol. Salvo el oasis de Bakambu, aire fresco en ataque que duró sólo la primera mitad antes de su lesión, demasiados jugadores lejos de su mejor nivel. Empezando por aquellos que deben marcar diferencias y que tienen un estatus como tales, hasta por los que está destinados un rol más secundario. Tampoco Pellegrini insufló al grupo esa competitividad de tantas veces.

No hubo generación de juego de William Carvalho, en un año a un nivel muy flojo, tampoco Nabil Fekir ofreció su mejor versión, o desde las bandas, ya fuera por los extremos o los laterales -viejo problema durante toda la temporada-, el Betis dio la sensación de poder. Atrás se pagaron las circunstancias, por sanciones, ventas o confecciones de lista.

Al Betis le faltó chispa europea. Sigue mostrando diferencias entre su proceder en el campeonato doméstico -con matices también respecto a años anteriores pero con fiabilidad-, y Europa. Pareciera que no es el mismo equipo. El caso es que sigue sin dar ese paso adelante en las competiciones continentales, incluso en este curso retrocedió sus prestaciones europeas respecto a los dos anteriores.

Con la digestión del tiempo y calma, que tampoco da lugar a lamer demasiadas heridas con la visita del Athletic en dos días, convendría un análisis más profundo de lo sucedido. Contexto, errores y responsabilidades... Diagnóstico y remedio. El Betis, por su historia, necesita que activar su chispa europea y, de momento, sigue siendo una asignatura pendiente.