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Prestigiar el brazalete, respetar la senyera

Alcácer capitán
Álex Heras

Hay más de lo que sabemos (creo) en la decisión de Gary Neville de cambiar la capitanía a mitad de temporada. Retirarle el brazalete a Parejo, con su aprobación o no, y ponerlo en el brazo de Alcácer o Negredo me parece, en cualquier caso, una decisión acertada.

Hace ya muchos años que el Valencia CF como club, y sus entrenadores como responsables, no respetaban la figura del capitán. Con unos motivos o con otros, quizá haya tenido que venir un británico para volver a repetar en poner en valor el brazalete de capitán, en este caso, con los colores de la senyera valenciana. Allí en Inglaterra saben bien lo que es y lo que representa. Ser una leyenda. Casi una institución en un club, al estilo Gerrard, Terry o Roy Keane, por poner ejemplos.
Aquí en el Valencia el brazalete siempre fue un trozo de tela más. Uno que no respetó Koeman cuando apartó sin rubor a Albelda, Cañizares o Angulo, historia del club, en lugar de buscar una salida con honor. Uno que no supo calibrar y proteger Unai Emery, con aquella mentira de "aquí capitanes somos todos" y "quiero 11 capitanes" que llevó a ensuciar el brazalete con Miguel y Éver Banega, reyes de la noche y los sucesos extradeportivos, entre sus portadores.
Dani Parejo no ha sido, ni creo que será, una leyenda del Valencia. Pero tampoco un vividor nocturno y un caradura. A Parejo, sin más, el brazalete no iba con su carácter. Y es que la capitanía no puede ser cuestión de calidad en las botas, victorias en los rondos o antigüedad en el club (que para esto debería lucirlo el eterno Españeta). La capitanía de un equipo es fútbol, liderazgo, personalidad y carácter. A Parejo le puede sobrar fútbol, pero le falta mucho de lo demás.
Por eso comparto la decisión de Neville. Por ver está si mejora el rendimiento del ex capitán, sin esa responsabilidad. Hay gente que rinde mejor sin ella. Lo que está claro es que ha tenido que venir un británico para recordar el valor de este símbolo del fútbol. Por ello, al igual que en la magnífica escena de El Club de los Poetas Muertos, yo me levanto, me pongo en pie y grito "Oh capitán, mi capitán". 

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  1. Jose

    Hombre, cambiar de capitán pase, pero dárselo a Negredo es vergonzoso. No ha demostrado NADA, lamentable