Este sitio web utiliza cookies propias y de terceros con fines analíticos y para mostrarte publicidad personalizada (recopilan datos sobre tus gustos y perfil).

Si continúas navegando por el sitio, estás aceptando su uso.

Puedes rechazar la utilización de cookies u obtener más información al respecto en nuestra Política de Cookies

A través de cualquiera de las páginas webs del Grupo tiene la opción de personalizar las cookies tal y como desee.

Es Noticia

El Deportivo del futuro

Bandera del Deportivo (Foto: Óscar Cajide).
Carlos Rosende

Consumado el descenso a Segunda, el Deportivo se ha puesto manos a la obra con la misión de trazar cuanto antes las líneas maestras de su nuevo proyecto. Disponer de un colchón económico interesante para confeccionar una plantilla competitiva y, de este modo, afrontar con garantías el primer año en la categoría de plata del fútbol español no debe desviar la atención de lo más urgente: conocer cuanto antes qué tipo de club quiere ser el Dépor y qué fútbol pretende practicar para alcanzar sus objetivos.

"Hay que ascender de inmediato", será, sin duda, lo más repetido. Y, aunque es cierto, nadie lo garantiza; ni siquiera haber triunfado en situaciones similares en el pasado. Ganar o perder no se elige, pues es el resultado de las decisiones tomadas tanto dentro como fuera del campo y del trabajo realizado durante meses. En consecuencia, la elección del camino a seguir se antoja fundamental: el Dépor está obligado a construir sobre el sentimiento blanquiazul, a incentivar a la grada a acudir al estadio cada quince días, dejando a un lado la dimensión de los rivales, y a demostrar personalidad y valentía en la elección del técnico y de los nuevos futbolistas que darán forma al esqueleto del equipo. Siendo el ascenso el objetivo a alcanzar, no cabe duda de que el trayecto hasta la meta determinará el éxito... o el fracaso.
Estamos hartos de leer y escuchar eso de "prefiero jugar mal y ganar", una fórmula que algunos adaptarán a la necesidad de regresar rápidamente a Primera. Como si estuviese en la mano de alguien el salir vencedor siendo inferior al contrario. El descalabro que a todos nos ha tocado sufrir esta campaña abre la posibilidad a un nuevo proyecto, partiendo de cero, con el que sentar las bases de algo más enraizado. No se trata de pensar exclusivamente en los próximos doce meses, sabiendo que, si la idea no funciona, quedará la misma tierra quemada ante la que ahora nos encontramos; sino de mirar hacia un futuro con cimientos sólidos sobre los que edificar el desarrollo de la entidad.
El Dépor está en disposición de estimular a su gente, porque apostar por una propuesta atractiva y ofensiva no es una utopía: tan solo hay que tener el valor para implementarla, confiando para ello en las personas adecuadas, y creer –los pesos pesados de este club– en que así se puede volver a la élite. En comunión. Por el contrario, lo más sencillo es asumir que en Segunda no se puede disfrutar, centrarlo todo en el esfuerzo, la lucha y la intensidad, y olvidarse del resto. Sería un error.
La incorporación inminente del director deportivo y, sobre todo, la posterior elección del entrenador empezarán a aclarar qué pretende ser el Deportivo. Dos decisiones estructurales que marcarán el estilo y, entre otras cosas, también la importancia o no de la cantera en los planes del primer equipo. En unos días saldremos de dudas. 
 

Escribir comentario 0 comentarios
Deja una respuesta
Su comentario se ha enviado correctamente.
Su comentario no se ha podido enviar. Por favor, revise los campos.

Cancelar