La 'Fabrilia' es la clave del éxito
El Fabril es una familia, o como habitualmente comentan los propios jugadores: una 'fabrilia'. El filial blanquiazul no solo presume de calidad, que la tiene y mucha, sino también de la buena relación entre compañeros dentro y fuera del terreno de juego. Formar un EQUIPO, en mayúsculas, es lo que añora la afición del Deportivo, y el Fabril lo representa de arriba a abajo.
El filial ha sabido sobreponerse a lesiones graves como las de Ismael Díaz, Bicho o el inédito Luismi, a los constantes problemas físicos de Luis Fernández y a las bajas intermitentes de varios de sus pilares (Carlos López, Óscar Pinchi, Edu Expósito...). Jornada tras jornada, el Fabril ha contado con más de media docena de ausencias que han dificultado competir al máximo nivel, pero la plantilla ha demostrado estar capacitada para hacerlo en todo momento e independientemente del escenario. Con el paso de los meses, ha convertido Abegondo en un fortín y se ha puesto el mono de trabajo a domicilio.
El cambio de cuerpo técnico –el ascenso de Cristóbal Parralo al Deportivo y la posterior contratación de Gustavo Munúa– afectó a nivel de juego y resultados, sin embargo el grupo ha vuelto a encauzar la segunda parte de la temporada sumando tres triunfos consecutivos (Navalcarnero, Guijuelo y Pontevedra) en los que han participado jugadores con menos protagonismo en los últimos meses.
La fuerza del colectivo impulsa a un grupo de futbolistas que a menudo se reúne en diferentes establecimientos de la ciudad para compartir conversaciones después de los entrenamientos o celebrar cumpleaños y cenas en 'fabrilia'. No por pasar más tiempo juntos van a ganar automáticamente más partidos, pero es indudable que la cercanía entre ellos funciona como refuerzo, sobre todo a la hora de afrontar los malos momentos.
En una campaña de difícil digestión para todo el deportivismo por los pésimos resultados obtenidos por la primera plantilla, el Fabril ayuda a sacar una pequeña sonrisa. Son una piña y lo demuestran cada siete días.