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El acabose amarillo

Fernando Vázquez, durante el Dépor-Cádiz (Foto: LaLiga).
Alejandro Muñoz Sabugal

El Cádiz confirmó en Riazor su mal momento. Los de Álvaro Cervera fueron incapaces de superar a un Dépor resucitado desde la llegada de Fernando Vázquez y tan solo reaccionaron a raíz del gol de Sabin Merino. La derrota, además, hace que los amarillos cedan el liderato.

La sombra del trágico empate ante el Mirandés es alargada y Coruña fue buena muestra de ello. Los amarillos están tocados anímicamente y ni la vuelta de Garrido al once significó ese cambio de rumbo tan esperado por la afición. El equipo parece que no termina de arrancar en este 2020, pero, por todo lo que ha supuesto, esta derrota debe ser el punto de inflexión.

Lo cierto es que el de Riazor no fue un partido vistoso por parte de ninguno de los dos equipos. Un encuentro con pocas ocasiones, luchado y con alguna polémica como la mano del 'Pacha' no castigada en el primer tiempo; aunque los cadistas también reclamaron una de Mujaid en los últimos instantes del choque.

Cala felicita a Espino en el Dépor-Cádiz (Foto: Iris Miquel).

Pero como era habitual, los gaditanos no parecieron meterse en el encuentro hasta el gol en contra. Porque sí, esta es la versión habitual del Cádiz y no la mostrada en el primer tramo de curso; y es estando por debajo en el marcador cuando entran las urgencias, aunque hasta esa pizca de suerte de la que gozaban anteriormente parece haberles dado la espalda.

A partir de dicha situación el Cádiz apostó más por el juego por banda, debilitado por la gran ausencia de Salvi. Iván Alejo se convirtió entonces en el jugador más incisivo saliendo desde el banquillo; sin embargo, sus centros se toparon habitualmente con la defensa herculina.

La reconciliación

Era más que evidente que este momento llegaría. Los espectaculares números firmados por los amarillos malacostumbraron a una afición que, ahora más que nunca debe responder y animarles para poner fin a la mala dinámica adquirida desde la última derrota del año ante el Numancia.

Los jugadores del Cádiz celebran la victoria junto a la afición en Carranza (Foto: Cristo García).

El Racing, nuevo farolillo rojo de la categoría tras su derrota también en Riazor, se postula como una oportunidad de oro para que el equipo renazca de sus cenizas y se desquite de esta racha con el inestimable apoyo del cadismo.

Con la derrota en Coruña se acabó, ya sí, la ventaja con los inmediatos perseguidores; aunque todavía hay cierto margen con el ascenso directo. Por supuesto que se puede perder, que se puede empatar, pues el equipo ha hecho méritos para permitirse este tipo de lujos, pero, pese a que el Cádiz no tiene la obligación de ascender, sí tiene la obligación moral de no bajar los brazos y echar por tierra lo conseguido hasta la fecha. Y esa lucha, sí que no se negocia.

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