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El Ministerio del Tiempo tiene directores invitados

Quién siga las redes sociales de El Ministerio del Tiempo habrá visto que esta temporada el cineasta Koldo Serra ha dirigido al menos dos capítulos de la 3ª temporada, y que Oskar Santos, Gabe Ibáñez o Miguel Alcantud llegarán en las próximos capítulos. Si hay una serie cuya existencia es el resultado de estupendas intenciones ejecutadas con primor y un profundo conocimiento del causa del proceso es El Ministerio del Tiempo. Si la diversión y carisma de la serie es tan contagiosa es porque se nota que hay placer detrás de las cámaras, y ya en la temporada pasada hay que destacar la figura de los cineastas Paco Plaza y Javier Ruiz Caldera como sendos directores invitados, el primero con Tiempo de magia (2.6), el episodio que mostró a Harry Houdini y el segundo con Tiempo de lo oculto (2.11), donde se parodió el programa Cuarto milenio y se cambió el espacio tiempo.

Se ve, por lo tanto, que El Ministerio del Tiempo va a seguir apostando por la figura del director invitado (un cineasta que dirige algún episodio de una serie, ya sea el primero/último u otros ejemplos). Como crítica personal, apena ver que ninguna mujer está en esa lista de nombres, aunque puede que se nos dé la sorpresa. La figura del director invitado es una muy frecuente en la industria televisiva norteamericana. En el ámbito de la dirección, en España se tiende más a seguir una ruta según la cual un/una hace cortometrajes con la esperanza de poder hacer largometrajes algún día. No tanto pensando en lograr trabajo en una serie, sino con los ojos puestos en el mundo del cine, al fin y al cabo la gran promesa de voz propia y personalidad. Aunque un vistazo a la última década demuestra que hay nombres que están debutando en cine tras curtirse en el medio televisivo, como Fernando González Molina (Los hombres de Paco, El barco, Luna, el misterio de Calenda), Elías León Simiani (Cambio de clase) o Carlos Sedes (Gran Hotel, Velvet, Gran Reserva).

Normalmente el mundo de la televisión española funciona a partir de diferentes productoras (Globomedia, Bambú Producciones, Diagonal TV, Notro TV, Isla Audiovisual, por decir solo algunas), que cuenta cada una con su nómina de directores fijos, y habitualmente no intercambiables. Es complicado que se confíe en dar las riendas a cineastas porque en el empleo de director televisivo no fijo es algo desagradecido, pues esencialmente se espera que sea un profesional estándar eficaz, que acabe el capítulo en los días asignados, que no se salga del presupuesto y dirija bien al reparto. ¿Qué venga con ideas propias que cambien lo establecido por el equipo? Pues no tanto. Existe esa voluntad en El Ministerio del Tiempo, y se agradece. Debe ser celebrada por ello, y ojalá lo siga haciendo.

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