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Sherlock Holmes está de vuelta: review de Sherlock 4x01

Parecía que nunca iba a llegar pero lo ha hecho: Sherlock Holmes, el detective más irreverente, inteligente y pagado de sí mismo de la televisión ha vuelto por fin a nuestras pantallas. El milagro ha tardado casi tres años en producirse, y el resultado ha sido…bueno. Sí, sólo bueno. Casi que diría ‘correcto’.

Cuando se espera algo con muchas ganas se generan expectativas, y estas, a veces –la mayoría- no llegan a cumplirse. Al no cumplirse, la desazón y la decepción son las dos emociones que vienen a continuación. Eso es justamente lo que me ha ocurrido a mí con el 4x01 de Sherlock. Pero ¿por qué me ha dejado ‘fría’ Las seis Thatchers? Por tres razones: la estructura del episodio, la trama y la resolución de la misma.

La estructura del episodio me ha parecido, a ratos, inconexa. El primer acto es muy fluido y disfrutable, con Sherlock siendo más Sherlock Holmes que nunca, volviendo a resolver sus casos sin levantarse del sofá y desde la comodidad de su casa. Estos momentos, repletos de humor y situaciones incómodas protagonizadas por la pareja a tres de Sherlock, John y Mary Watson son muy loables y devuelven la ilusión por la serie. Por desgracia, esto tan solo se mantiene durante sus primeros minutos, justo antes de que se presente la trama real y las intenciones del guion se pierdan.

A partir de este momento, con la incansable necesidad que tiene siempre Sherlock de enredar más y más las subtramas que no son relevantes, lo esencial del episodio se desdibuja. Se mencionan a personajes que esperamos con los brazos abiertos, mientras otros que deberían brillar con luz propia no consiguen captar la atención suficiente. Lo que parece una estructura de muñecas rusas –una historia dentro de otra, dentro de otra, dentro de otra…-, no llega nunca a serlo y todo al final es muy confuso.

Porque, siendo sinceros ¿alguno ha entendido este giro en la trama? O más bien ¿este no-giro en la trama? El hilo conductor que se nos prometió a final de la tercera, con ese ‘do you miss me?’, se ha transmutado en una especie de híbrido entre Sherlock y James Bond. Intrigas gubernamentales, organizaciones secretas, pasados de personajes que ya habíamos conocido…una serie de elementos que provocan que la serie pierda su identidad. Eso sin tener en cuenta que algunos puntos vitales para algunos personajes, como el nacimiento de Rosie, pasan completamente desapercibidos.

El cómo se resuelve el capítulo se me ha hecho precipitado, con un ‘momentazo’ mal orquestado. ¿Alguien se ha sorprendido con ese momento en el acuario? ¿De veras? Porque a mi parecer, todo estaba muy encaminado en crear empatía con un personaje que siempre ha estado demasiado en segundo plano, incluso en su episodio. A eso se le añade que el misterio del capítulo ha sido muy facilón y que todo era mucho ruido y pocas nueces.

Aun con esto, Sherlock no decepciona del todo. El ‘juego’ está por llegar, y eso genera verdadero interés. Esperemos que lo que queda de temporada sea tan interesante como sus últimos minutos, y que sigamos viendo cómo Sherlock se humaniza. Y, por favor, que John tenga algo más de importancia, más allá del drama que ha introducido en su vida de una manera tan absurda y poco fiel a su personaje.

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