Altuna salta la banca y se adueña del Cuatro y Medio (21-22)

El frontón Bizkaia de Bilbao acogía este domingo la última gran cita de pelota de 2017, la finalísima del Cuatro y Medio, que con más emoción y tensión que calidad, ha coronado a Jokin Altuna como el pelotari más joven de la historia que se lleva esta txapela (y el segundo guipuzcoano) con 21 años tras superar a Mikel Urrutikoetxea por (21-22).

El favoritismo de Mikel Urrutikoetxea rozaba el techo del Bizkaia cuando ambos pelotaris abrieron el maletín lacrado para calentar en medio de un ambiente espectacular en Miribilla. Hacia tiempo que una final de la jaula no levantaba tanta expectación, al medirse dos jóvenes tan brillantes como opuestos en sus características. El de Zaratamo un cyborg casi perfecto, y el de Amezketa un artista de los cuadros alegres; tan genial como impredecible.   Fue el guipuzcoano quien hizo el disparo inicial en un mar de nervios, que le favorecía, y se puso pronto 0-4. Urruti, que no estaba nada cómodo, veía como la brecha se abría casi sin gozar una sola pelota. Tuvo que llegarse al octavo tanto, 2-6, para ver sus mejores posturas, porque una tendencia al regalo -hasta entonces- le hacia tirar por la borda sus opciones de remontada, teniendo que recurrir a los excesos de Altuna para coger vida.  Un tanto de saque -más una parada al txoko- del vizcaíno colocaba el 5-7 en el luminoso, momento que el de Aspe aprovechó para frenar la contienda. La tendencia había cambiado, tras ir 5 abajo el pupilo de Pablo Berasaluze consiguió una buena tacada para firmar un maravilloso 8-7 con Jokin corriendo como un poseso para tapar agujeros. Pero en una final suele haber varios partidos.
Tirando del máximo riesgo rematador Altuna volvió a ponerse dos cartones por delante en un tira y afloja, con muchos fallos y constantes igualadas. 8-8, 10-10,... llegándose al primer descanso publicitario con 12-10 para Mikel tras un gancho digno de Kerman Lejarraga. Lanzado, con su tercer tanto de saque (polémico y discutido) Urruti escapó al 14-10 con su máxima ventaja.
Era la hora de la verdad y del temple. Con el cansancio reflejado en los rostros Altuna tiene muchos recursos. Supo buscar ángulos para revitalizar a sus seguidores hasta que un contrapie y un 'ganchazo' dieron el 16-13 al de Asegarce. Un reparto de errores, con exceso de vista incluido del azulón de Aspe, vio como el choque se asomaba a su colofón (18-16) antes de tomarse otro descanso con los pelotaris en los vestuarios. El '22' ya estaba a tiro, con Altuna en posesión del saque, que por fin le funcionó para llegar al 'abrazo' a 18.  En plan exhibición el de Amezketa giró la rueca y se puso 18-19 tras un tanto infernal que les obligó a parar extenuados. Mas con 20-19 Altuna volvió a sentarse tras un regalo tonto, ya que se le cayó una pelota sencilla. Pero fue como una espoleta. Regresó a la cancha encabronado ya que firmó un dos paredes de aire que fue cine en 3D.  Con 20-21 el guipuzcoano tenía el saque y el matchball en sus manos. El momento de hacer historia, pero le tembló el pulso y un latigazo permitió a Mikel empatar a 21. Ya era a vida o muerte, un pierde gana que sonrió al de Aspe después de que un zurdazo de Urruti muriera en la contracancha. Una final disputadísima dio por primera vez una txapela a un joven que sin duda volverá a verse con Mikel en otras grandes citas.