Turrillas: "Pido perdón por no haber estado a la altura"

Pablo Turrillas se declara un enamorado del Sestao River. El técnico de Deba presentaba su dimisión tras el empate frente al Getxo en Las Llanas (1-1) con todo el dolor de su corazón. Prefiere orillarse y dejar paso a un nuevo revulsivo por no lograr impulsar al equipo como a él le gustaría: "En el fútbol, como en la vida, uno se tiene que dar cuenta cuándo debe echarse a un lado, y creo que mi momento había llegado", señala.

Turrilas se ha querido despedir de la afición del River, con la que siempre se ha sentido muy identificado por sus singulares caractarísticas: "Porque realmente ha sido un placer con mayúsculas haber estado un año en la familia riverzale, mil gracias de corazón".
El ex míster de Gernika, Arenas y Lagun Onak, añade que "quería despedirme en Las Llanas con una victoria, pero no ha podido ser. En un momento dado, abrir las ventanas y dejar que entre aire fresco para oxigenar el ambiente es necesario. Aquí también. No he sabido o no he podido reconducir la situación en estos siete últimos partidos, y como máximo responsable, y con mucho tiempo por delante para reconducirla, me veo en la obligación de dejarlo".
No puede ocultar narrar que ha pasado en Las Llanas "un año intenso en el River, en la mejor decisión de mi carrera deportiva que tomé al venir, y con la más correcta para decir adiós. Yo me voy, pero recuerdos como el partido contra el Baraka del año pasado, se vienen conmigo. Eso no me lo quita nadie". Además, quiere "agradecer a la afición" el respeto en el trato, nombrando a los "Norte River, los jóvenes de Riverhools o los gudaris de Resaka o Piratas vais a estar ahí". A ellos les pide "perdón por no haber estado a la altura que este club lo merece". Se declara Turrillas "un embajador del River que hará patria" y que, como dijo Martin Lasarte cuando se fue de la Real, "por favor, no se desunan". Entiende, pese a todo, que el River se encuentra "a dos partidos del playoff y hay tiempo para reconducir la situación".