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A veces hay que tirar de tópicos y decir aquello de que los ciclistas son de otra pasta. Samuel Sánchez se niega a tirar la toalla tras caerse en la octava etapa del Tour y fracturarse la muñeca y la clavícula. El asturiano se aferra con uñas y dientes a la opción de defender su maillot en los Juegos. “Haré todo lo posible por ir a Londres, pero a ver qué pasa. Si puedo ir lo haré, pero si no, hay que curarse”, contaba el ciclista a la salida del IMQ de Bilbao. El problema es curarse y llegar en forma luego, una doble dificultad. El líder del euskaltel Euskadi ha comparecido con los doctores Mujika y Arrién que han explicado el parte médico oficial de lesiones.
Incluye "fracturas en la clavícula izquierda y tercer metacarpiano de la mano derecha, además sufrió un traumatismo craneal con pérdida momentánea y recuperación inmediata de consciencia", señalaban. Al menos su evolución no "presenta signos neurológicos preocupantes y la exploración neurológica ha sido rigurosamente normal, así como las resonancias magnéticas que se le han realizado", finalizaban los dos galenos.
