Esa sexta etapa quedará marcada a fuego para lo que resta de Tour en la memoria de la escudra naranja que podría perder a tres de sus ciclistas para lo que queda de carrera. 205 kilómetros separaban a los ciclistas del recorrido a realizar entre Épernay y Metz de los que 181 se desarrollaron sin problema alguno. A menos de 25 kilómetros para alcanzar el éxito de culminar una nueva etapa de la primera semana el silencio y le miedo se hicieron protagonistas de la carretera. Una tremenda montonera partió en dos al pelotón y cogió por el medio a medio centenar de ciclistas.
Entre ellos a tres de Euskaltel Euskadi con malos presagios desde el primer momento. Se trata de Mikel Astarloza, Gorka Verdugo y Amets Txurruka, cuya clavícula tiene un idilio poco sano con el Tour de Francia. A pesar de ello, los ciclistas son de otra pasta y consiguen lograr llegar a meta aunque sea arrastrándose. Astarloza tuvo que abandonar con el codo derecho fracturado. Por su parte, Amets Txurruka vuelve a decir 'agur' al Tour antes de tiempo con una fractura en la clavícula derecha. Es la cuarta vez que se la fractura y tres de ellas en esta carrera. Por su parte, Gorka Verdugo, el único de los tres que podría continuar hoy en carrera padece una profunda herida en la zona tibial de unos 10 centímetros que según dicen los que la vieron se avistaba el hueso.
La única noticia positiva para el equipo de Gorka Gerrikagoitia es que el líder Samuel Sánchez superó sin problemas la caída y no cedió tiempo en meta por lo que aventaja a otros corredores que quedaron cortados en la montonera. Lógicamente el asturiano no quería pensar en ello en la meta sino en los compañeros que ha perdido.