El equipo local ha saltado al campo convencido de que era la gesta de la remontada era posible el resultado y los primeros minutos le han dado la razón. Mejor adaptado que el Binissalem a un campo muy pesado, ha embotellado a su rival en el área y para el primer cuarto de hora, después de siete saques de esquina, ya ganaba por 2-0.
Un penalti transformado por Orbegozo en el minuto 10, tras una mano de Miguel Ángel Salas, y una buena jugada de Rebollo en el 13 reforzaron la fe del conjunto vizcaíno, que se puso a un solo gol de empatar la final con los tantos de Zubillaga (m.34) y Orbegozo (m.38). Pero en pleno vendaval vizcaíno, el cuadro balear recobró el pulso en un contragolpe que pilló descolocada a la defensa local que ha resuelto con acierto Forteza obligando al Lemona a marcar otros tres goles para obrar el 'milagro'.
Tras el descanso, el equipo de Alfonso Barasoain no ha levantado el pie del acelerador ante un Binissalem aturdido que no encontraba la manera de salir de su campo. Los visitantes han encajado dos nuevos goles, primero en una desafortunada de su defensa Castillo, que ha introducido en su portería un centro de Rojas (m.62), y posteriormente en una falta directa materializada por Seguín (m.75). El tramo final ha sido una auténtica agonía para el Binissalem. Con un cuarto de hora por delante, el Lemona ha seguido volcado sobre la meta de Montse, pero el agotamiento ha acabado por pasarle factura y su rival ha sabido defenderse con orden para conservar su mínima ventaja y acabar por levantar el trofeo.