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La historia de Daniel González: un asturiano atrapado en Módena por el coronavirus

Italia continúa a la cabeza de Europa en lo que a el daño que está causando la pandemia del coronavirus se refiere. Superada la barrera de las 22.000 víctimas mortales en este primer mes, los datos aportados por Protección Civil desvelan que los contagios totales ascienden superan holgadamente los 165.000 y son muchos los extranjeros que residen en el país transalpino con verdadero miedo. Es el caso de Daniel González, un joven estudiante asturiano de Telecomunicaciones en la EPI Gijón que el pasado mes de septiembre comenzó su año de Erasmus en la Universidad de Módena.

Daniel atendía a ElDesmarque para contarnos en primera persona cómo vive esta extraordinaria situación a más de 1.000 kilómetros de casa, de su familia y de sus amigos. En el vídeo que aparece arriba puedes escucharlo, y a continuación, puedes conocer su experiencia de su puño y letra:

Daniel González y sus amigos en una discoteca de Módena.

"Llevo aquí desde septiembre y desde el principio que empezó todo esto. Estoy bien, me encuentro a gusto porque seguimos aquí mis compañeros de piso y yo. De esa forma lo hacemos más ameno, no es tan pesado el día a día y nos sentimos más libres. La universidad nos está dando bastantes facilidades, ya sea con clases online, nos ofrecen los apuntes y hasta los laboratorios abren online, es muy cómodo.

Pretendo quedarme aquí hasta que acabe mi Erasmus, porque no es cómodo volver, coger un vuelo express, meterte en la boca del lobo y económicamente sob bastante caros. Además, en teoría, aquí el 4 de mayo empiezan las medidas de la fase dos, de forma progresiva, obviamente. Se podrá salir de la calle, a los bares dos semanas después... Entonces, al fin y al cabo ya que llevo aquí todo el rato, con poder salir a echar un café en una terraza soy feliz.

Con mis compañeros nos apoyamos mutuamente, estudiamos, jugamos a la Play y haceos cosas. El otro día echamos unas cervezas, unos mojitos, y al fin y al cabo te tiras escuchando música con tu compañero toda la tarde. Hay muchas cosas que hacer. Con mi familia me comunico todos los días, no estoy preocupado porque con las facilidades que tenemos para hablar les veo bastante bien y no tengo una necesidad increíble de volver y pretendo quedarme hasta el final. Es mi primer año de Erasmus, intentar estirarlo y aprovechar al máximo".

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