Un 'Teatro de los Sueños' para la historia del Betis

Siempre hay un lugar en el el mundo en el que uno se siente como en casa. Un lugar en el mundo que no es tu hogar, que no te ha visto crecer, que no ha visto tus grandes fracasos, tu evolución ni tus heridas ni tus lágrimas, porque para eso solo hay un lugar posible. Pero que sí está lleno de buenos recuerdos. Un lugar que solo trae memorias de luz, de alegría, de felicidad. Eso es para el beticismo el Vicente Calderón, el salón de la fama, la alfombra verde de la historia del Real Betis.

El partido de este sábado, más allá del resultado (una pena, pues merecía un mejor sello el adiós), tenía una carga muy simbólica para el Real Betis. No en vano, el equipo verdiblanco se despedía de su mejor escenario fuera de Heliópolis. Se despedía de esa letra del cántico, de ese decorado de la felicidad, de ese ingrediente del éxito. Se despedía el Betis del Vicente Calderón, el escenario de sus mayores éxitos del último medio siglo.
El Real Betis ha levantado tres títulos en su historia. Es uno de los pocos clubes de Primera capaz de levantar una Liga, y es uno de esos clubes que ha sido capaz de levantar dos Copas del Rey. Y los dos, porque el escenario estaba destinado al Betis, en el Vicente Calderón. 
Fue el marco incomparable en aquel 24 de junio de 1977. Iríbar, Alexanco, Villar, Irureta (años después entrenador del Betis), Dani o Txetxu Rojo en un gran Athletic. El histórico once del Real Betis fue el formado por: Esnaola, Bizcocho, Sabaté, Cobo, Biosca, López, Alabanda, Cardeñosa, García Soriano, Megido y Benítez.. El partido acabó con 2-2 en la prórroga y llegó la tanda de penaltis. La primera tanda acabó 4-4, Cardeñosa mandó fuera el último penalti. Esnaola se hizo gigante para parar el suyo, y lo paró. Con 5-5, Alabanda también falló. Esnaola tenía que parar el suyo, y lo paró. El siguiente lo tiro él, y lo marcó. Tras 19 penaltis, el mítico Iribar quiso hacer de Esnaola, pero Esnaola solo hubo, hay y habrá uno por los siglos de los siglos. Y Esnaola hizo de Esnaola, y paró el penalti de su colega. En el Calderón, el Betis levantaba una histórica Copa del Rey, su primer título de este torneo, en un año que no era cualquiera, por la situación social, por el momento histórico que vivía el país. Y el Real Betis enarbolaba la bandera de la Copa del Rey en aquella España de transición. Todo con el marco del Vicente Calderón de fondo.
La segunda parte de aquel precioso día del recién llegado verano se haría esperar 28 años, hasta el 11 de junio de 2005. Pero fue una bonita continuidad de lo sucedido en 1977. No habría penaltis en este título del siglo XXI, ya en más color, ya con un Vicente Calderón remozado, con una noche más actual, que ya se rememora en vídeos, fotos, recuerdos, pero también con frescura, con vivencias recientes. Y esas vivencias ponen en el Teatro de los Sueños del Betis a un trianero, Dani, con el papel protagonista. Salió en el minuto 90 para convertirse en el héroe de la final con su gol decisivo. Un héroe acompañado de nombres para la historia como Doblas; Melli, Juanito, Rivas, Luis Fernández; Assunçao, Arzu; Joaquín, Fernando, Edu; y Oliveira, y Varela y Lembo.
Ya no se repetirá más ese escenario onírico del Betis, ya no habrá más Vicente Calderón en el futuro, aunque permanezca en la historia verdiblanca. El Vicente Calderón se despide, se cierra. Y con él también debe buscar nueva ubicación la historia del Betis. A partir de ya el equipo bético, la historia verde y blanca debe empezar a buscar un emplazamiento nuevo para su futuro. El del pasado siempre será el Vicente Calderón. Toca buscar otro Teatro de los sueños para el Betis. Y debe ser a la de ya. La historia reside en el pasado, pero se escribe con el futuro. ¿Dónde será Betis?