El deporte se ha convertido en algo indispensable en nuestra rutina. Cada vez son más personas, especialmente las nuevas generaciones, las que deciden llevar una vida más saludable a base de ejercicio físico diario y una alimentación sana y equilibrada. El cuerpo necesita cargarse de proteínas y uno de los ingredientes más versátiles y fáciles de preparar es el huevo. Es un complemento perfecto para nuestro entrenamiento y requiere de poco tiempo de cocción.
Algunas recetas fitness saladas que aconsejamos probar a base de huevo son: huevos nube o cloud egg; huevos al horno sobre aguacate con queso de cabra; revuelto de setas con anchoas; tortilla de claras con berenjena; tortitas fit de coliflor; huevos al horno con salsa de tomate y pimiento asado; tortilla a las finas hierbas con aguacate, tomate y berro; huevos al horno con calabacín; espárragos al vapor con huevo poché; huevos al nido con berenjena; pan keto de proteínas sin gluten o revuelto de bacalao.
Incorporado a recetas dulces, el huevo nos permite elaborar platos como unas tortitas de plátano sin harinas ni azúcar; bizcochitos de almendras y cacao sin gluten; tortitas de chocolate, plátano y avena; soufflé de avena, leche de coco y frutos rojos; o gofres fitness de chocolate, manzana y avena.
Lavar y secar previamente las setas en el caso de que fuera necesario hacerlo, picándolas o troceándolas si fueran piezas muy grandes. Picar fina o cortar en juliana la cebolleta, y laminar o picar el diente de ajo. Lavar y secar también el perejil, picándolo al gusto.
Calentar un poco de aceite en una sartén antiadherente y pochar unos pocos minutuos la cebolleta con el ajo. Añadir las anchoas picadas y machacarlas a medida que se cocinan con los demás ingredientes. Cuando se forme una pasta, agregar las setas, subir el fuego y saltearlas hasta que pierdan volumen y se evapore casi todo el agua.
Mientras, batir ligeramente los huevos con un tenedor o varillas en un cuenco, añadiendo la leche y salpimentando al gusto. Cuando las setas estén casi en su punto, echar los huevos bajando el fuego al mínimo, y cocinar removiendo con una espátula hasta dejarlos cuajados al gusto.
El punto depende un poco de las preferencias personales: más melosos, más cuajados, con el revuelto más jugoso o más seco, etc. Una vez listo, repartir en platos y aderezar con el perejil u otra hierba.
Este revuelto es un plato versátil que podemos servir para empezar un almuerzo antes del principal, por ejemplo un pescado a la plancha, o como cena sencilla junto a una ensalada simple, con algo de buen pan de calidad. De hecho, es perfecto como relleno de tostas o un bocadillo casero, muy apetecible en el desayuno si buscamos arrancar el día con algo bien nutritivo y saciante.
Precalentar el horno a 175ºC con calor arriba y abajo. Separar las yemas de las claras de los huevos en recipientes diferentes y lavar y secar bien las frutas, troceándolas si fuera necesario. Reservar.
Poner en una olla al fuego los copos de avena con la leche de coco, la leche de avena, la vaina de vainilla abierta longitudinalmente, la rama de canela y una pizca de sal. Mezclar y calentar sin dejar que llegue a hervir, removiendo suavemente de vez en cuando, dejando que espese unos 10-15 minutos. Dejar enfriar un poco.
Mientras tanto montar las claras a punto de nieve con una batidora de varillas. Retirar la canela y la vainilla; batir ligeramente las yemas y echar la mezcla de avena, removiendo con suavidad hasta integrar. Incorporar las claras montadas mezclando con movimientos envolventes, de arriba abajo, suavemente, para dar volumen.
Añadir los frutos rojos y ralladura de naranja o limón al gusto. Verter en un molde o fuente de horno con cuidado y hornear durante unos 25-35 minutos. El tiempo dependerá del tipo de molde usado y del horno, y también del punto que queramos darle al cuajado. Tiene que estar dorado por arriba y que al pinchar con un palillo no salga totalmente mojado.
Con el buen tiempo apetece mucho más degustar el soufflé de avena una vez enfriado en la nevera, aunque recomiendo no servirlo demasiado frío para no matar los sabores de la fruta. Podemos acompañarlo con más frutos rojos frescos, para que hagan contraste con la fruta cocinada, o añadir unos frutos secos tostados que darán un toque crujiente. Marida muy bien con café caliente o frío, té o infusión, o un zumo casero de naranja.