Antes de nada, responderemos a una pregunta que muy probablemente te estarás haciendo: ¿qué es la microbiota? Pues bien, según definen los expertos, es la “también conocida como flora intestinal, microflora o flora humana”, y son “el conjunto de microorganismos vivos o bacterias que se encuentran en el intestino o tubo digestivo del organismo humano”. Pero los beneficiosos, los que mejoran nuestro sistema inmunológico.
Se estima que de estas bacterias intestinales depende el 70% de nuestro sistema inmunológico. El que combate las enfermedades, ya sean el cáncer o el COVID-19.
Todo ello ha cobrado notable importancia en los últimos meses a raíz de la pandemia del coronavirus. Y no solo por el hecho de prevenirlo, sino también por los hábitos que ha provocado con las restricciones y el confinamiento. Porque ello ha aumentado el estrés y la alimentación desequilibrada, al margen de un sedentarismo generalizado. Hasta los que practican deporte habitualmente han visto mermada su actividad.
Por eso ahora más que nunca es importante tener muy en cuenta lo que ingerimos y que beneficios pueden traernos los alimentos. Y a continuación te hablaremos de algunos que te ayudarán a mejorar el tracto intestinal y, por tanto, tu sistema inmunológico y tu resistencia a agentes externos como el COVID-19.
Tal y como señala la nutricionista británica Kate Llewellyn-Waters en el medio Mail Online, “comer alimentos ricos en zinc, probióticos, antioxidantes y vitamina C ayudará a las bacterias saludables en el intestino, que es responsable del 70% del sistema inmunitario.
Estos suelen ser alimentos ricos en fibra y en almidón. El motivo es que estos no son digeribles, con lo que llegan directamente al intestino para ser alimento de dichas bacterias. Y en la lista predominan las frutas y las verduras que van desde los esparárragos hasta la calabaza, pasando por la zanahoria o el puerro, entre muchos otros. Pero también encontramos tempeh fermentado, miso, kéfir o yogur.
Además, también es importante tener un buen revestimiento intestinal, lo que conseguimos con alimentos como las batatas, las nueces o el caldo de pollo.
A todo ello deberíamos añadir alimentos antioxidantes. Y los más recomendables son los arándanos, los vegetales de hoja verde (espinacas o col rizada), cebolla, orégano, cúrcuma, comino, albahaca, jengibre, ajo, pimienta de cayena, chocolate negro con un mínimo del 70% de cacao mínimo) o té verde y blanco.