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Una empleada de supermercado recibe una nota para que se vaya del edificio: "Gracias por hacer llorar a mi hijo"

ElDesmarque

Miriam Armero es una empleada de supermercado de Cartagena, Murcia. Una de esas personas que en ningún momento ha podido dejar de trabajar en plena pandemia por el coronavirus (COVID-19) para que todos podamos tener comida en nuestras casas. Miriam ha denunciado a través de las redes sociales la nota anónima que ha recibido por parte de uno de sus vecinos, que no se identifica y que se la metió debajo de la puerta de su casa, ¡¡para que se vaya del edificio!!.

El motivo que ponen su vecino es que como está muy expuesta por su trabajo, no quieren correr más riesgos y lo mejor es que cambie de hogar. Un detalle horroroso que Miriam ha querido hacer público en un vídeo (el de la parte superior de la noticia) junto a la nota recibida y su nota de respuesta.

Otro de los feos aspectos de esta desagradable situación es que la nota que ese vecino metió por debajo de la puerta la cogió el hijo de 10 años de Miriam, que se echó a llorar porque pensaba que los iban a echar de su casa. ¡Terrible!

La nota y el mensaje de Miriam, empleada de supermercado

"Somos tus vecinos y queremos pedirte por el bien de todos que te busques otra vivienda mientras dura esto, ya que hemos visto que trabajas en un supermercado y aquí vivimos muchas personas. No queremos más riesgo. Gracias", le escribieron a esta persona que se deja la vida cada día trabajando en un supermercado.

La nota que le dejaron a una empleada de supermercado y su respuesta (Fotos: Telecinco).

La respuesta de Miriam: "Soy la vecina del 3º izquierda. Al o a los valientes que dejan notas anónimas bajo la puerta y que seguro la han sacado de alguna red social, os diré varias cosas: sí, trabajo en un supermercado, con lo cual gracias a nosotros vosotros coméis cada día. No me tenéis que venir dando lecciones de limpieza cuando soy la primera que llega a casa y no puedo darle un beso a mis hijos hasta que no me he limpiado y desinfectado. La próxima vez, en vez de tanto aplauso a las ocho de la tarde, tened un poco más de empatía por las personas que tenemos que trabajar y tenemos familia. Y en vez de dejar notas por debajo de la puerta de mi casa me tocáis el timbre y os lo diré personalmente. Por cierto, gracias por hacer llorar a mi hijo de 10 años, que ha sido el que ha cogido la nota".

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