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Milagro en la Fórmula 1: así salvó la vida Romain Grosjean en Baréin

Javier Santos

Sirva la descripción del doctor Ian Roberts como reafirmación del momento que se vivió ayer en el Gran Premio de Baréin de Fórmula 1: "Había una gran bola de fuego a nuestra derecha y la mitad del coche delante nuestra, mirando en dirección opuesta. Nos preguntábamos ¿dónde está la otra mitad del coche? Nos dimos cuenta pronto de la obviedad de que lo que estaba ardiendo era la otra mitad del monoplaza, detrás de la barrera, y de que Romain Grosjean estaba ahí dentro". El accidente del francés no se va de la cabeza de pilotos, mecánicos, jefes de equipo y directivos del Mundial un día después del suceso. Un milagro que tiene varias explicaciones.

Superado el susto y tras ver al piloto francés 'sólo' con quemaduras leves en un tobillo y en las dos manos, llega la hora del análisis. Desde todos los puntos se estudia cómo pudo pasar lo que pasó y cómo sucedió el salvamento. Por orden cronológico, la importancia del halo fue decisiva. La barrera de protección de la cabina del piloto, introducida hace dos años, evitó un fuerte golpe en la cabeza de Grosjean que le hubiera dejado, como mínimo, inconsciente entre las llamas. El choque tuvo un impacto de 53 G de fuerza. El desenlace habría sido fatal. El propio piloto, en el hospital, defendía su uso tras haberlo criticado en los últimos tiempos: "Sin el halo no estaría hablando ahora".

De momento no hay muchas explicaciones de por qué se partió el monoplaza en dos, algo que no debería suceder. Incluso la razón que llevó a que saliera ardiendo la cabina del piloto, circunstancia que tampoco debería producirse con tan aparente facilidad y rapidez. Aquí encontramos otra clave del milagro: Grosjean pasó entre las llamas 27 interminables segundos. El mono de los pilotos de la Fórmula 1, hecho de material ignífugo, está preparado para soportar el fuego durante 40 segundos aproximadamente.

La rápida actuación del equipo de seguridad fue el tercer factor decisivo. El conductor del coche, Alan van der Merwe, cogió el extintor y apuntó a la zona del incendio donde intuía que estaba Grosjean: "¿Si estamos preparados para algo así? Digamos que semipreparados. Estudiamos cualquier tipo de escenario que nos podemos encontrar y uno de ellos es el fuego. Pero un momento como ese la verdad es que nadie lo tiene preparado exactamente", reconocía.

Instante en el que Romain Grosjean huye de su monoplaza, totalmente incendiado (Foto: F1)

Los tres factores determinantes: el halo impidió la muerte directa del piloto o, como mínimo, una fatal inconsciencia; eso permitió que pudiera salir del coche en apenas medio minuto y que su traje le salvara de las llamas (no así en las manos, pues los guantes son de otro material); la rápida reacción del coche medicalizado completó el milagro. "La visera del casco se había derretido con el fuego, apenas podía ver", describe Ian Roberts, uno de los protagonistas de un salvamento histórico que aún tiene preguntas que responder: ¿por qué se partió el coche y la protección del depósito de gasolina que provocó el fuego? ¿Fue del todo útil la vaya de protección contra la que chocó Grosjean?

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