Amor de verano

Hace no tanto tiempo, la sombra de la crisis económica en el Málaga CF llegó a ser tan grande que empujó al club a afrontar un ERE histórico que salpicó a trabajadores del club e incluso a futbolistas de la primera plantilla. Ahora hay dinero, se han hecho importantes fichajes, incluso parece que sobra si hay que comprar cantidades ingentes de pintura azul de emergencia. Pero en el fútbol, como en la vida, el dinero parece no dar la felicidad.

Ha pasado poco más de un mes del estreno liguero del Málaga CF en Burgos. La pretemporada no terminó de convencer pero, una vez más, el proyecto, los despampanantes fichajes y el ídolo del césped en el papel de entrenador inundó de ilusión a la masa malaguista. No era para menos. Pero he visto e incluso vivido amores de verano que han durado mucho más que el idilio entre malaguistas y club de cara a la presente temporada: septiembre es mes de rupturas y lamentos.

Con el éxtasis del amor de verano todos nos desinhibimos, se perdió el miedo, se dejaron atrás los fantasmas y se llegó a pronunciar la palabra tabú, la misma que lleva bastantes años evitándose. Sí, digámosla de nuevo, sin tapujos: ascenso. Aunque a la vista de los acontecimientos, el dinero ni da la felicidad ni te regala un ascenso.

Sacando la calculadora, en estos 32 primeros días de temporada en LaLiga SmartBank el Málaga CF de Pablo Guede ha logrado una única victoria, cuatro derrotas, ha firmado cuatro goles y ha recibido nueve con los que deambula por los puestos de descenso. En 32 días se ha pasado de ‘ascenso’ a ‘descenso’.

Después de cada historia de amor, breve o larga pero siempre intensa, toca el tiempo de duelo. En la afición blanquiazul está siendo un ‘stand-by’ de dos semanas sin partido en casa, pero la rabia sigue ahí y ha traspasado las redes sociales para dejar huella en los muros de Martiricos. La afición quiere explicaciones y resultados en el campo porque la paciencia se ha agotado. Eso no hay pintura azul que lo pueda tapar. Y, contra todo pronóstico, en el arranque de temporada, el Málaga CF, pero sobre todo Guede y Gaspar, tienen que jugar una final en la que ni siquiera un empate vale.