¡Es un desastre! El cambio de Simeone que define la chapuza de Berta en el Atlético de Madrid

Hay cambios que evidencian los errores y en el Atlético de Madrid se dan demasiado a menudo. El equipo de Diego Pablo Simeone cayó derrotado este martes ante el Brujas y se mete en un serio problema de cara a su clasificación para octavos de la Champions League. No fue un problema de falta de ganas, pero sí de dominio en las áreas... y sobre todo, un día más, de planificación deportiva.

Una planificación que hace aguas, como se viene viendo en este inicio de curso de manera evidente. Al menos para cualquier aficionado rojiblanco que no sea Andrea Berta. Simeone, en Sevilla, había regresado a la defensa de cuatro y empezó igual en Brujas, pero tuvo que cambiarlo otra vez todo al descanso.

Y todo porque su mejor central, José María Giménez, es incapaz de aguantar dos partidos sin lesionarse. El uruguayo, que completó los 90 minutos en el Pizjuán tras perderse los tres encuentros anteriores, se quedó en el banquillo en el descanso de Brujas. No sorprendió a nadie, pero sí obligó a Simeone a cambiar sus planes.

El cambio que evidencia el problema del Atlético de Madrid

El técnico tenía a Mario Hermoso en el banquillo, mientras que Felipe se había quedado en casa lesionado. El problema es que ninguno de los dos, a estas alturas, ofrece garantías: el primero es capaz de marcar un gol y provocar dos penalti en cuestión de 5 minutos y el segundo hace meses, mucho meses, que no da el nivel.

¿Qué hizo Simeone? Quitar a Giménez y meter a Kondogbia. Colocar al centroafricano en el mediocampo y retrasar otra vez a Axel Witsel a la zaga, entre Savic y Reinildo. Cuando parecía que había recuperado la línea de cuatro, otra vez tres centrales ante una planificación deportiva en la línea defensiva que no se sostiene más de dos partidos.

El sábado el Girona visita al Metropolitano y el panorama no es mucho más positivo. Felipe y Giménez lesionados -a la espera de conocer más detalles de lo del uruguayo- y Hermoso en un mar de dudas. Witsel, otra vez señalado para retrasar su posición. Y Cerezo, mientras tanto, entre risas cuando le preguntan por la opción de fichar un central.