El Pucela se pone serio
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Herrera: "Hemos empezado un nuevo camino"
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Suárez: "Cuidado no nos metamos en el play-off"
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Directo: "Así vivimos el Nàstic-Pucela"
De racha en racha. En este caso de dinámica negativa a positiva. Así se entiende la actualidad del Real Valladolid esta temporada. Con sólo un empate en diez jornadas, el equipo de Paco Herrera pasa de sumar cinco derrotas consecutivas a acumular tres victorias de forma seguida. Tras las dos últimas victorias, la liguera (2-0) ante la Agrupación Deportiva Alcorcón y la copera (3-1) ante el Club Deportivo Tenerife, el objetivo era el colista de la categoría y pese a que el Gimnástic de Tarragona vendió cara su piel, los blanquivioleta salían victoriosos del Nou Estadi gracias a los goles de Juan Villar y Jose Arnáiz.
Como era de esperar y tras el buen juego en el último encuentro liguero, Paco Herrera repetía alineación. Pese al buen encuentro de otro sector del equipo en el duelo copero, el Pucela repetía su esquema. Mientras Alberto Guitián y Alex Pérez formaban juntos y por tercera ocasión en el eje de la defensa, el rombo con Ándre Leão, Alex López, Joan Jordán y Míchel Herrero seguía siendo la base de un equipo que, nuevamente, formaba con Jose Arnáiz y Juan Villar en el frente más ofensivo.
Un Pucela serio con el balón, muy seguro en labores defensivas y con calidad en el último cuarto de campo llega a los 13 puntos después de dominar muchas fases del partido. Suma tres puntos muy importantes y cierra definitivamente la mala racha que le perseguía en las últimas fechas. Gracias a esta nueva victoria el Real Valladolid se pone serio. Confirma sus pretensiones actuales y firma una victoria fuera del Nuevo José Zorrilla ocho meses después.
Uche frena el crecimiento
El inicio de partido demostraba que éste era un duelo muy importante para ambos equipos. Tanto catalanes como vallisoletanos confirmaban que querían obtener premio del enfrentamiento y no se reservaban nada. Potencia ofensiva, juego de combinación y mucha presencia en ambas áreas. Dejando a un lado la opción de un plan conservador, el partido era atractivo. Todos merecían obtener premio aunque, en los primeros 20 minutos, eran los catalanes los que más cerca estaban del gol.
El paso del partido deparaba un nuevo Pucela. Joan Jordán tomaba el mando del juego y dirigía a los pucelanos hacia una mejora creciente. El balón pasaba a ser pucelano y, con él, llegaban las ocasiones. Todo comenzaría con el gol de Juan Villar. El primer tanto de la temporada del '7' vallisoletano desataba los mejores minutos del Pucela. Un equipo ordenado, consciente de qué necesitaba y con mucha mordiente arriba. El equipo se gustaba y pudo encarrilar el encuentro con un disparo cruzado de Alex López que se topaba con la madera.
El partido era blanquivioleta pero un detalle provocaba el empate. Un nuevo fallo de concentración en un saque de banda dejaba el balón en los pies de Uche. El nigeriano, un delantero con casi 200 partidos en Primera, no desaprovechaba la oportunidad y anotaba un empate que adormecía a un Pucela que necesitaba el descanso para poner en orden sus pensamientos e ideas para una segunda parte en la que los pucelanos quisieron desde el inicio.
El Pucela quiere
Tras el descanso, y después de la charla de Paco Herrera, el Real Valladolid mostraba una versión tan convincente como la que propuso en el ecuador de la primera parte. Los visitantes llevaban el manejo del partido y generaban grandes ocasiones. Eran los dueños de los tiempos del encuentro ante un rival que se limitaba ofensivamente a los ataques de un Mossa que es determinante para el equipo local en tareas de ataque.

Con esta idea muy bien definida y con una claridad brutal en el último cuarto, los pucelanos vivían cerca del área de Dimitrievsky con la sensación de poder anotar el segundo gol muy pronto. Éste llegaría y lo hacía con una belleza propia de un jugador tocado con una varita en las últimas semanas. Jose Arnáiz, estrella actual en el equipo pucelano, remataba con calidad un buen centro de Javi Moyano. El marcador, nuevamente favorable para los vallisoletanos, provocaba el cambio de mentalidad del equipo visitante. Con la entrada de Raúl de Tomás y su referencia cerca del área, Paco Herrera cerraba filas para buscar los espacios de un rival que necesitaba arriesgar para ganar o, al menos, para vender muy cara su derrota.
Sufrimiento
Salir de una racha tan negativa como la que sumaba el Pucela no es sencillo. Cada punto cuesta sudor y lágrimas y los blanquivioleta lo comprobaban en el tramo final del partido. Pese a la inexistencia de grandes oportunidades catalanas, los minutos se hacían largos y las piernas pesaban en el último tramo de un partido que dominaban los locales. Sin peligro pero con presencia, hasta el minuto 94, cuando López Amaya decretaba el final, los visitantes sufrieron por sumar su cuarta victoria de la temporada y cerrar definitivamente las heridas del pasado
Con esta victoria, el declive de septiembre se cierra. En el partido en el que el Real Valladolid debía confirmar su mejora, su evolución y sus objetivos, los de Herrera firman un gran encuentro. Solventes, con propuesta ofensiva y con grandes toques de calidad. El equipo parece haber vuelto tras todas las dudas que lo envolvieron y ya sólo le queda pensar en el duelo ante el Real Zaragoza, un equipo que llegará al Nuevo Estadio José Zorrilla rodeado de las mismas incógnitas y problemas que tenían los blanquivioleta hace solamente dos semanas.
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