Esta mañana las portadas han amanecido con el comunicado que ha emitido el Palacio de Buckingham sobre el estado de salud del Rey de Inglaterra, Carlos III. Las pruebas diagnósticas han identificado una forma de cáncer, aunque no han especificado a qué tipo se refiere.
Aunque el monarca ya ha comenzado con un programa de tratamientos regulares y los médicos le han aconsejado que posponga sus tareas de cara al público, este continuará realizando los asuntos de Estado y trámites oficiales con normalidad.
El monarca ha decidido hacer público su diagnóstico para evitar las especulaciones, así como para ayudar a la comprensión pública de todos aquellos en todo el mundo afectados por el cáncer.
Esta patología ha sido localizada durante un procedimiento hospitalario por un agrandamiento benigno de la próstata, también conocido como hiperplasia -demasiado crecimiento celular- prostática benigna.
La próstata es una glándula del sistema reproductor masculino que se encuentra justo debajo de la vejiga. Por lo general, dicha crece durante toda la vida adulta, motivo por el cual dicha afección es común en los hombres mayores de 50 años, como es el caso del Rey Carlos III.
A medida que la próstata crece, puede presionar la vejiga y comprimir la uretra provocando un flujo de orina más lento o incluso bloqueándolo.
Entre los tratamientos para el agrandamiento benigno de próstata, la Biblioteca Nacional de Medicina dependiente de los Estados Unidos, diferencia, dependiendo de la situación de cada paciente, las siguientes opciones: un cambio en el estilo de vida, administración de medicamentos, procedimientos médicos, para ensanchar la uretra o destruir parte de la próstata, e incluso la cirugía.
En ese mismo mensaje también ha agradecido la rápida intervención de su equipo médico. A pesar del diagnóstico, sigue siendo totalmente positivo acerca del trato recibido y espera volver a desempeñar plenamente sus funciones públicas lo antes posible.