Los planes de futuro de Seat que no tienen que ver con lo que se está contando

¿Alguien se imagina que Citroën pudiese terminar diluida en la exitosa DS o, quién sabe, que Toyota dejase de existir y el histórico segundo máximo fabricante mundial de coches compitiera en los mercados sólo mediante Lexus? A priori, parece descabellado, pero si nos planteamos ese futurible con CUPRA y Seat como protagonistas, la cosa cambia. Y lo hace porque, esta misma primavera, Herbert Diess, el consejero delegado de Volkswagen, recordaba que vender 400.000 coches al año, como hace Seat actualmente, “no es nada”. Ahora, intentando reducir los daños generados por el terremoto que ocasionaron en España sus palabras, matiza sus declaraciones y dice que la marca de Martorell está mejor que nunca.

El planteamiento de Volkswagen con respecto a Seat, cuenta Diess en su perfil de Linkedin, pasa, de momento, por mantener una marca a la que CUPRA no va a reemplazar porque, si existe la última, es “para ayudar a Seat a ser mucho más rentable”. Por ahora, eso sí, convendrá olvidarse, a corto y medio plazo, de ver modelos eléctricos fabricados bajo el paraguas de la histórica marca nacida en la Zona Franca, porque, en tiempos de escasez de microchips, Volkswagen va a priorizar, dice Diess, los modelos de CUPRA, que ofrecen mucho más margen de beneficio que los clásicos Seat.

Híbridos y térmicos de bajo consumo

El futuro de Seat, por tanto, pasa por los híbridos y los térmicos de bajo consumo, en los que tendrá que centrarse, porque CUPRA se mantendrá como prioritaria en lo que se refiere a nuevos desarrollos de vehículos eléctricos. Económicamente, cuenta el consejero delegado de Volkswagen, tal decisión “tiene mucho sentido” y resulta incluso valorada como “positiva” por los distribuidores, que andan encantados con las ganancias que genera cada CUPRA que se matricula.

¿Y a largo plazo?

De momento, parece, Seat no peligra porque Volkswagen, concluye Diess, ha invertido mucho en la marca, que dispone –a fecha de hoy- de una cartera de productos “sólida y amplia”. Con todo, y pese a su mensaje de calma, Diess no aclara por cuánto tiempo. Veremos, pues, que sucede a medio y largo plazo.