La evolución silenciosa del Mini, un urbano de leyenda
Mini ha presentado en Oxford la tercera generación de su modelo más representativo desde que BMW se hizo cargo de la marca. A primera vista, no se observan muchos cambios estéticos, pero este nuevo Mini, al detalle, ofrece importantes novedades, sobre todo en motores y tecnología.
Su frontal es ahora más llamativo, con una parrilla con más presencia, una toma de aire inferior que le otorga un plus de deportividad, los antiniebla a los lados y los clásicos faros redondos con contorno cromado. En su zona trasera, los pilotos crecen y estilizan sus formas, al igual que el paragolpes.
En su interior recibe importantes cambios. El enorme velocímetro central de anteriores generaciones desaparece y se sitúa ahora sobre la columna de dirección, al lado del cuentavueltas. En el centro ahora parece una pantalla TFT de hasta 8,8 pulgadas para gestionar los sistemas de infoentretenimiento del vehículo que se puede controlar desde un mando central giratorio, muy parecido al iDrive de BMW. Y para completar los cambios de un habitáculo con materiales de mayor calidad, los mandos de los elevalunas eléctricos se trasladan a las puertas dejando sitio en la zona central para un conmutador en color rojo desde le que se arranca el vehículo.
Otra importante novedad del nuevo Mini reside en su tamaño. Ya no es tan 'mini' como antes, porque crece casi diez centímetros a lo largo, que repercuten directamente en el espacio en las plazas traseras y en el maletero, que alcanza ahora los 211 litros (51 más que antes). Su longitud total es de 3,82 metros, y también crece casi tres centímetros a lo ancho.
Los cambios continúan en la revisión de los componentes de las suspensiones, adaptados ahora a las nuevas dimensiones del vehículo, y en el nuevo control dinámico de la amortiguación, opcional, con dos niveles de actuación, uno más deportivo y otro más confortable.
Con una nueva generación de motores
Esta nueva generación del mítico urbano británico estrenará una nueva generación de motores, tanto en gasolina como en diésel, fabricados por BMW. Entre los gasolina, lo más novedoso será un 1.5 turbo de tres cilindros y 136 caballos de potencia para la versión Cooper y un 2.0 de 192 caballos para el Cooper S. En diésel, habrá un tres cilindros de 1.6 litros y 116 caballos como opción de arranque.
Todos los motores contarán de serie con una caja de cambios manual de seis marchas, aunque de forma opcional se podrá elegir un cambio automático de seis velocidades o una caja automática deportiva. El sistema de parada y arranque, junto a otros para mejorar la eficiencia, será de serie. Y habrá tres programas de conducción denominados MID, SPORT y GREEN, que modificarán la respuesta del acelerador, del cambio y de las suspensiones en función del tipo de conducción que queramos realizar.
En cuanto al apartado tecnológico del modelo, el nuevo Mini incorporará en su catálogo elementos como un display de información que se proyecta en el parabrisas, un sistema precolisión que puede intervenir en los frenos para evitar accidentes o un lector de señales de tráfico. Su estilo único e inigualable y sus múltiples posibilidades de personalización ponen el broche de oro a una interesante renovación de uno de los modelos más atractivos del mercado.