La víctima de Michael Jordan que contó su lado oscuro en Bilbao
La exitosa serie de Netflix 'The last dance' hace un recorrido por la carrera deportiva de Michael Jordan, considerado el mejor jugador de baloncesto de todos los tiempos a la vez que, sin duda, uno de los mejores deportistas, sea de cualquier disciplina, de cualquier época.
En la serie de 10 capítulos, que cosecha audiencias millonarias en todo el planeta, se desgrana el liderazgo del escolta de los Chicago Bulls que le llevó a amasar todo tipo de recursos individuales y de éxitos colectivos al lograr seis anillos de la NBA en dos tacadas de tres títulos.
Hay quienes se han quedado con el lado oscuro de Air Jordan, sobre todo los más jóvenes, al descubrir la adicción al juego del de Brooklyn, la defensa de sus intereses comerciales por encima de los de su raza, o, sobre todo, viendo el trato que deparaba a sus compañeros de equipo.
Se ha puesto el acento en broncas, en peleas con jugadores como Steve Kerr o Will Perdue, y en la obligación general de no pasarle el balón en los momentos calientes al pívot Bill Cartwright. Pero por encima de todo ha llamado la atención el trato que él dos veces campeón olímpico daba en los entrenamientos y el vestuario a Scott Burrell.
La anécdota de Scott Burrell sobre Michael Jordan desvelada en Bilbao
Un hombre con talento, si bien no una estrella, que acabó militando en el Bilbao Basket de la Liga Endesa. Estuvo entre nosotros en la campaña 2004/05, el primer año del entonces llamado Lagun Aro Bilbao Basket en la ACB. Burrel llegó para debutar en la recta final del campeonato (jornada 26) y, aunque se terminó salvando la categoría sin apuros, solo se sumaron 2 victorias en esa etapa de Burrell en el equipo.
El ex de los Bulls terminaría promediando 5 puntos y 3.5 rebotes en 21 minutos de juego en Bilbao, pero dejó un aviso para la posteridad de lo que años después ha sido la serie de Netflix. En una conversación informal con un miembro del staff técnico de la época, se le preguntaba por la etapa en Chicago y, directamente, que cómo era en persona Michael Jordan. La respuesta no dejó lugar a muchas dudas: "Era un cabrón".
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