Una victoria necesaria y poco más (72-80)
Siete partidos y cuatro meses después, el Unicaja sabe qué es ganar a domicilio en la Liga Endesa. Demasiado para un club de esta exigencia, aunque la fiabilidad en el Carpena ayuda a opacarlo. Los de Luis Casimiro se traen de Madrid una victoria necesaria, sobre todo en lo mental, pero poco más. 40 minutos para exhibir cada uno de los problemas que no permiten encontrar la puerta del AVE de principio de temporada. Al Estudiantes, que encima no tenía a sus estrellas, le puedo el vértigo en la cúspide del duelo. El equipo malagueño afianza la quinta plaza, el clavo al que agarrarse de aquí al final.
El Unicaja se mueve en una escala de grises, no transmite el equipo una sensación de seguridad. Quedan lejos esos picos altos de baloncesto. Ahora, en mayo, no le da para mostrar superioridad frente a un club que lucha por la permanencia. Bien es cierto, que sí hay contrastes entre lo que se juega en el Carpena y fuera. En el Wizink Center al descanso lo mejor era el resultado. Los de Casimiro se marcharon una canasta por encima (40-42). Primero era Wiltjer el que disimulaba una defensa muy mejorable. 10 puntos del canadiense tapaban las vías que había en la pintura cajista (21-21). Cook repartía (8 asistencias en 20 minutos, las mismas que el cuadro malagueño) y Whittington ajusticiaba. Caner-Medley rebañaba lo que pudiera salirse.
Un triple de Alberto parecía poner la rampa (23-28), pero el base se tenía que asentar por faltas personales. Eran previsibles los visitantes, que no encontraban la fluidez ofensiva. Había chispazos individuales que ayudaban a mantenerse ante un Estudiantes que ahora lideraba Hakanson. El sueco asumía los galones de unos Brizuela y Gentile que lo veían desde el banquillo. Había igualdad, el Unicaja no conseguía estirar con la segunda unidad madrileña delante.
La salida de los vestuarios es una radiografía de lo que es ahora el conjunto malagueño. Cogió carrerilla desde el triple, Jaime, Wiltjer y Milosavljevic encadenaron aciertos, y se escapó (46-59). Primera diferencia seria, primera posibilidad de romper el duelo. Se bajó la persiana entonces, cuando el Estudiantes pasaba un momento crudo. Lo resucitaron los cajistas, que entraron en un fundido a negro ofensivo. Cuatro minutos sin celebrar una canasta. Se repusieron los de Josep María Berrocal, que enlazaron un parcial de 10-0 y comprimieron hasta el 58-61.
El cuarto decisivo servía una prueba mental para el Unicaja, en lo que enfocaba Casimiro la previa. Los madrileños sufrieron vértigo y el cuadro malagueño aceleró. Un triple de Salin, dos mates de Lessort y una canasta de Díez volvían a estirar (58-70). Quedaba comprobar si habría otro desplome. Hubo amago de vuelta, pero Jaime asestó el clavo final desde fuera. Una victoria necesaria fuera de casa, pero poco más.
Ficha técnica:
Movistar Estudiantes 72 (21+19+18+14): Cook (7), Clavell (5), Vicedo (4), Caner-Medley (6), Whittington (24) - cinco inicial - Hakanson (16), Grytsak (-), Giedraitis (-), Sola (-), Etou (-), Lampropoulos (4), Arteaga (6).
Unicaja 80 (21+21+19+19): Roberts (9), Salin (3), Milosavljevic (6), Wiltjer (17), Shermadini (12) - cinco inicial - Alberto (5), Jaime (10), Waczynski (-), Díez (4), Stilma (-), Lessort (14), Okouo (-).
Árbitros: Pérez Pizarro, Bultó y Sánchez Mohedas. Sin eliminados.
Incidencias: partido correspondiente a la jornada 30 de la Liga Endesa disputado en el Wizink Center de Madrid.