Kristaps Valters ha forzado la máquina y lo está pagando. Las pruebas que se le han realizado le han detectado que ha recaído de la rotura en el adductor de su pierna derecha que le tiene a mal traer desde hace un par de semanas. Lo ideal era el reposo, pero sus ganas de jugar y la confianza del cuerpo técnico le llevaron a forzar ante el Bamberg y el Barcelona. Y en el Palau recayó. Este lunes no se entrenó en la sesión vespertina y se prueba este martes, en la última sesión de trabajo antes de partir con rumbo a Zagreb para el trascendental encuentro ante el KK. Hay pocas esperanzas, pero se quiere agotarlas. Si se ve imposible, no viajará. Si hay alguna opción, Mateo y el jugador quieren apurarla, porque la rotura es pequeña.
