El inicio de calendario trae una rista de reencuentros para los jugadores cajistas. Si ante el Ayuda en acción Fuenlabrada Saúl Blanco se encontró contra su pasado, ahora el turno es para Guillem Rubio. Más especial si cabe es la visita a Manresa para el catalán, pues se reencuentra con el club donde se hizo jugador de baloncesto justamente el día en que cumplirá 27 años. “El hecho de volver a casa después de tanto tiempo jugando allí en Manresa, la verdad es que me hace ilusión y sobre todo llegar al principio de la liga cuando todo está por hacer así que espero que la gente me reciba bien”, asevera Rubio, que aguarda una buena acogida de la que fue su afición: "Espero un buen recibimiento, después de seis años allí, donde he estado muy a gusto y siempre he intentado hacer lo mejor. La forma de salir también ha sido buena para las dos partes así que creo que la gente no va a tener ningún problema conmigo”.
Pero los sentimentalismo quedarán aparcados tras el salto inicial, porque la necesidad aprieta al Unicaja. Es el segundo partido oficial, pero hay que despejar dudas para que la bola de las desconfianza no crezca. “Tenemos que corregir detalles del otro día porque la intensidad no fue la apropiada. Lo importante va a ser salir desde el principio bien, defender fuerte, intentar correr y jugar duro. El problema nuestro fue la intensidad, el permitirles jugar fácil. Empezaron anotando muy fácil y fue lo que nosotros arrastramos el resto del partido", admite el ala-pívot catalán, que advierte de que el Nou Congost es una pista caliente: "Manresa ha sido una cancha calientes siempre, donde la gente se ha volcado mucho con el equipo y eso les va a ayudar a ellos pero a nosotros también nos puede venir bien porque así nos motivamos un poquito más".
