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La vuelta al mundo en moto de Fabián Barrio

La vuelta al mundo en moto de Fabián Barrio

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Celia Álvarez Reyes

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Hace unos días conocíamos a un auténtico aventurero capaz de compartir sus experiencias vividas en más de 80 países. Fabián Barrio es un hombre soñador que, cansado de la rutina, decidió darle un giro a su vida realizando un viaje en solitario en moto que duraría dos años. Cambió su vida llena de privilegios por la aventura dejando todo atrás, y vuelve con una nueva forma de ver la vida.

¿Cuántos países ha recorrido en moto?
Yo me siento un poco como un Casanova de los países. Estoy convencido de que Casanova sólo tenía una idea muy aproximada del número de mujeres que había cortejado. Y a mí con los países me pasa más o menos lo mismo. La última vez que miré estaba la cosa en unos 80, aunque a saber.
¿El país más interesante de todos?
Yo soy muy de Asia, y en concreto Tailandia me parece un país simplemente asombroso. La gente, las costumbres, la cultura, la música, la gastronomía y los paisajes hacen que la experiencia sea redonda. Tiene un punto un poco alocado, y un punto ordenado y disciplinado también, en su justo equilibrio. Si tuviera que centrarme en América Latina, optaría por Perú, que por cierto disfruta de una de las mejores gastronomías del mundo. De África destaco Zanzíbar, una isla en el Índico que es la definición de paraíso en tierra.
Y con la gastronomía de cada país,  ¿qué nos puede contar?
La gastronomía callejera de Perú es sencillamente un regalo para los sentidos. Escápate de los hoteles y ve a comer lo que come la gente. Anticuchos (corazón de vaca en brocheta), causa (una especie de pastel de patata celestial) y ceviche son los tres must-try. Ve también a una chifa (son restaurantes chino-peruanos montados por los emigrantes chinos allí, y te encantará la "fusión").
Todo el mundo habla de la ruta 66 como algo maravilloso, ¿es tan buena como la pintan?
La Ruta 66 forma parte del legado cultural de occidente, está presente en Steinbeck, en Bob Dillan, en los Simpsons, en innumerables películas. Pero, como todo producto de marketing, tiene truco. No creo, sinceramente, que sea para tanto. Te fascinará si te gustan los espacios vacíos, los cielos infinitos, los restaurantes polvorientos y las tiendas de souvenirs apolilladas. Pero desde luego, se me ocurren decenas de rutas infinitamente más impactantes.
¿Ha tenido muchos inconvenientes en tus viajes?
No creo en los inconvenientes. Creo en las características, cosas inherentes al paisaje, a la forma de viajar, a la vivencia personal, y como cualquier cosa de este mundo, merece ser vivida. La Patagonia no sería lo mismo sin su viento rugiente, el desierto de Atacama o el Kalahari no sería tal sin el sol abrasador. La moto, claro, tiene un problema básico de seguridad: estás expuesto a cualquier golpe, aunque un poco menos que nuestros primos hardcore, los ciclistas, ellos sí, verdaderos héroes de la carretera. Otro inconveniente quizá sea el dolor de rabadilla y algún que otro problemilla gástrico. Pero poco más, ¿eh?
¿Cómo llevó el tema de la gasolina? 
La gasolina más agónica que tuve ocasión de probar fue en Pakistán, en una zona que llevaba sin abastecimiento nueve meses. Cuando se abrió la carretera pasé yo, y pasaron unos chinos que llevaban combustible gratis. Se hicieron unas fotos para la prensa china, donando unos camiones a los pobrecitos pakistaníes, y a mí me dieron treinta litros para que me fuera de allí y dejara de incordiar. En Sudán me pilló la guerra y el país se quedó desabastecido. También encontré problemas de abastecimiento en Malawi, por ejemplo, donde tuve que comprar gasolina adulterada -la mezclan con queroseno, alcohol, de todo... La gasolina más barata del mundo está en Venezuela. En ocasiones, si no tenía cambio, me dejaban marchar sin pagar. Unos cincuenta céntimos, llenar el depósito.
Si tuviera que quedarse con algún momento, ¿cuál sería?
El momento más hermoso tuvo lugar casi cuando el viaje acababa de comenzar. En China se respiraba una extraña tensión en el ambiente que hacía que el país fuera poco acogedor. Al cruzar la frontera con Pakistán, divisé a unos pobres hombres intentando reparar con sus propias manos la carretera, que había quedado destrozada por los desprendimientos y las inundaciones. Vivían en chabolas al pie del camino y vestían con harapos. Sus caras estaban cubiertas de polvo. Subsistían como podían agarrados a la montaña como lapas. Y se pusieron todos de pie al verme pasar gritando como locos 'WELCOME TO PAKISTAN SIIIIIR!!!!'. Todavía hoy se me pone la carne de gallina al recordar las lágrimas que me saltaron a los ojos al sentirme así de acogido por gente que no tenía nada más que las piedras, el polvo y el viento.
¿Algún día en el que haya dicho ya no puedo más?
Aproximadamente, uno de cada cuatro días. Es lo que yo llamo "la hipótesis del Enanito". Días en los que, si apareciera un enanito con una cajita con un botón y dijera "¡¡Si pulsas el botón te devuelvo a la comodidad de tu casa!!", lo apretaría hasta convertir mis dedos en muñones. Pero como soy un tipo enormemente positivo, siempre pienso que cada maldad que pone en tu camino el mundo es siempre temporal y pasajera.
¿Cómo fue esa disputa entre talibanes en Pakistán?
Sufrí un ataque talibán a unos quince metros de mi moto. Hoy lo recuerdo con una mezcla de nostalgia y afecto, realmente no pasé peligro alguno, la pelea era entre ellos y no contra mí, pero en aquel momento, emplear el botiquín y unos guantes de cocina para curar a un tipo en medio de la Cordillera del Karakorum, resultó un momento bastante angustioso. Los medios suelen preguntar mucho por ese instante, que duró unos veinte segundos de un viaje de más de dos años.
¿Qué ruta por Andalucía nos recomienda?
Quizá recomendaría un paseo por la Alpujarra de Granada. Saliendo de Hoya de Guadix y el Marquesado hacia Laroles, con esos colores rojos intensos, las casas cueva de los trogloditas y la carretera que atraviesa las montañas. De Laroles, bordeando el sur de la sierra, alcanzaría Trévelez, esa carretera es un auténtico balcón a la Costa Tropical, cuajada de pueblecitos con encanto en los que detenerse a reponer fuerzas. Bueno, en Trévelez mismo hay unos secaderos de jamón que quitan el sentido. Bubión merece también una parada, es un lugar extraordinario en el que la gente ha sabido crear un extraño ecosistema blanco deslumbrante, como una pequeña joyita. Luego, gas hasta Lanjarón, adentrándonos en la Alpujarra, disfrutando del descenso, los paisajes y los barrancos. Si haces la ruta en época de floración del naranjo, justo después de disfrutar de las aguas de Lanjarón y sus fuentes, tendrías que conducir hasta Dúrcal para embriagarte con el perfume de los cítricos. 
¿Ha hecho este gran viaje cambie su manera de ver la vida?
Todo viaje largo es, en esencia, un viaje al interior de uno mismo. Es una forma de aprender sobre lo que se ve pero, sobre todo, sobre los límites que uno tiene, las prioridades vitales. Pasas muchas horas contigo mismo, asistiendo a un mundo eternamente cambiante, lleno de sorpresas, en ocasiones malas, en ocasiones fantásticas. Si un viaje largo no pasa a través de ti y no te ofrece un cambio interior, has desperdiciado una fantástica oportunidad de crecer como persona. Sin embargo, sufres una especie de síndrome de Estocolmo, eres cautivo de una forma de vivir la vida. También es difícil evitar sentir una especie de cansancio general, como si estuvieras anestesiado de sensaciones extraordinarias. Supongo que es el peaje que tienes que pagar por vivir una vida increíble, al final sientes una extraña anestesia ante lo hermoso que tiene el mundo, y lo ves como algo natural.  Indudablemente, he cambiado mucho. Antes era un pijo urbanita, ahora sobrevivo con una mochililla y soy infinitamente más feliz que cuando necesitaba los grandes y caros placeres occidentales. Ese tan manido dicho de que no es feliz quien más tiene sino quien menos necesita, te puedo prometer que es cierto. Ahora rechazo los lujos. Y siento un inmenso amor por la gente, por sus peculiaridades, por sus inquietudes y, sobre todo, por sus diferencias a menudo irreconciliables. He desarrollado un importante sentido de la supervivencia y de la orientación, soy mucho más abierto y sociable... y he aprendido que no hay mayor sacrilegio personal que desperdiciar ese frágil y limitadísimo elemento que sirve de pegamento a nuestras vidas: el tiempo.

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  1. http://imagenesdebuenosdiasamor.com/

    Es mi sueño, viajar por el mundo en mi moto!!

  2. jhonny

    :p;););) envidia muy sana ( pero envidia cachis ) muy bonito muy buen reportaje Inma si tu guaja no tiene novio yo tengo aquí un guaje que no veas lo guapo que es jajajajaj felicidades muy buen reportaje un saludin desde Asturiessss

  3. cristina

    que envidia!!!!

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