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Conducimos el Mercedes E 63 AMG S, una 'bestia' de 585 CV

Conducimos el Mercedes E 63 AMG S, una 'bestia' de 585 CV

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ElDesmarque Motor

Mercedes-Benz E 63 AMG S.
Algo está cambiando en Mercedes… y algo está cambiando también en su división deportiva AMG. Hace unos días conocimos que su primer motor de cuatro cilindros animaría a los nuevos A 45 AMG y CLA 45 AMG y ahora hemos probado su primer tracción total, el E 63 AMG S.

Esta versión S aparece por primera vez en su oferta y, aunque se estrena en la Clase E, pronto tendrá continuidad también en otros modelos, por el momento en el CLS en versiones berlina y familiar. Hasta ahora AMG no había ofrecido una versión especial potenciada como complemento, tan solo un paquete Performance que añadía un extra de caballos. En el caso del Clase E todavía a la venta este paquete ofrecía 557 CV, 32 más que el AMG “normal” que entrega 525.
El éxito de esta opción, muy solicitada por sus clientes, ha animado a AMG a ofrecer una versión superior que, ya puestos, no solo ofreciera más potencia sino algún otro extra. Y ese algo más es la tracción total 4Matic, que reparte el tremendo par motor del 5.5 V8 biturbo de 585 CV (el 63 AMG estándar se queda en 557) entre las cuatro ruedas en proporción 33-67 con preponderancia para el eje posterior. Primer y principal efecto de este sistema: su conducción se hace mucho más sencilla y efectiva.
De hecho, basta ver la cifra de aceleración para darnos cuenta del potencial total del coche y de la efectividad de su nuevo sistema de tracción. Los 3,6 segundos que emplea en alcanzar los 100 km/h desde parado superan al M5 o incluso al RS6, también con tracción integral. Además, resulta seis décimas más rápido que la versión de propulsión trasera. La velocidad máxima está limitada a 250 km/h, aunque con el Driver's Package opcional se puede ampliar hasta 300 km/h
Mercedes-Benz E 63 AMG S.
Porque una de las características que siempre han caracterizado a los AMG de Mercedes-Benz es su brutal entrega de potencia. Los modelos de propulsión trasera, y también es el caso del nuevo E 63 AMG “a secas”, son auténticas máquinas de drifting, donde el sobreviraje está al acecho en cuanto la adherencia del asfalto disminuya lo más mínimo o la fuerza que apliquemos sobre el gas sobrepase el punto exacto (algo que tampoco es muy difícil porque resulta bastante difícil regular la respuesta del acelerador, con un primer golpe algo brusco).
En el AMG S estos “malos modales” se mitigan muchísimo. El coche es mucho más fácil de llevar, el stress en su conducción se reduce… pero en la misma medida se acaba en parte la emoción que transmite la versión de propulsión, donde el papel del piloto es fundamental para domar el potencial del V8 (adornado para la ocasión con tecnología procedente de otro potro salvaje, el SLS AMG). La parte buena es que los 585, con la ayuda de la electrónica, están ahora al alcance de muchos más conductores.
Asalto al trono del M5 
El motor es protagonista principal, pero no lo es todo en este coche. Su chasis tiene que estar a la altura del propulsor para ayudarnos a domar la caballería. Recurre a una suspensión de muelles neumáticos en el eje trasero con tres niveles de dureza (Confort, Sport y Sport +) en los que se consigue siempre un confort de marcha bastante destacado. La dirección paramétrica súper rápida y de muy buen tacto y el diferencial autoblocante trasero completan un conjunto muy equilibrado.
Mercedes-Benz E 63 AMG S.
La caja de cambios AMG Speedshift MCT de 7 marchas también cuenta con cuatro programas seleccionables desde una mando en la consola central. Además de los Sport, Sport + y Manual (que otorga todo el control al conductor) cuenta con un programa de eficiencia para limitar el consumo. Sus cifras homologadas, 10,3 litros de promedio, son más teóricas que realmente alcanzables, aunque en nuestra prueba nos centramos más en valorar las prestaciones que la eficiencia. Nosotros siempre nos movimos por encima de los 15 litros.
Y ya por último, un rápido repaso sobre sus características especiales a nivel estético. Para diferenciarlo del AMG “a secas” tendremos que fijarnos en el deflector frontal el forma de A que en el S aparece pintado en negro, las pinzas de freno rojas o la moldura cromada que enmarca todo el conjunto de escapes y difusor posterior. En el interior aparecen unos asientos con los logos de AMG bordados, un volante con la zona central el alcántara o los cinturones de seguridad y las costuras de contraste en plata.
El Mercedes E 63 AMG S llegará al mercado en junio con las dos carrocerías: berlina y familiar, que costarán 139.000 y 142.000 euros respectivamente.

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