Diario de a bordo, día 1: El Sueño de Krasnodar

Arranca un sueño. Apenas hemos cubierto los primeros 3500 kilómetros del viaje y ya estoy como una moto. Me puedo imaginar cómo se sienten Kepa, Odriozola, Saúl, Aspas... los que nunca han estado en un Mundial. Yo me siento un poco como ellos. Estuve a punto de ser convocado en alguno anterior pero al final hubo problemas y el 'míster' se marchó.

ElDesmarque asiste in situ a su primera cita mundialista con la vocación de convertirse en el mejor altavoz de la selección española, en el vehículo imprescindible para que todo el mundo sepa lo que pasa en Krasnodar, Sochi, Kazán, Kaliningrado y Moscú, que son las ciudades que vamos a visitar si todo va bien. 23.268 kilómetros en el aire durante 40 días que nos tienen que llevar a Madrid, a la gran fiesta del 16 de julio, ni un día antes. Y de momento, os lo aseguro, pocos le auguran una estancia corta a esta España en tierras rusas.
En medio estarán Portugal, Irán y Marruecos, y si todo va conforme a una lógica que casi nunca se cumple en el mundo del fútbol, en los cruces aparecerán la anfitriona Rusia, Argentina, Alemania y, por último, Brasil... ahí es nada.
Pero antes de todo eso jugamos este sábado un amistoso. Ante Suiza no gustamos, quizás ni siquiera quisimos, no era el día de lucirse, pero eso no debe pasar frente a Túnez. El partido ante los africanos no sólo tiene que servir para ensayar lo que se nos viene encima contra Irán y Marruecos, más allá de eso, hay que meterles el miedo en el cuerpo a los portugueses. Cristiano y compañía deben sentir que se les va a desatar una tormenta encima.
Mis primeros recuerdos mundialistas se remontan a México 86,  al gol anulado a Míchel contra Brasil, a la inolvidable tarde de Butragueño en Querétaro o al penalti fallado por Eloy contra unos belgas que no parecían ser lo suficientemente buenos como para cortarnos el camino hacia la semifinal contra la Argentina de Maradona. Ese fue mi primer gran dolor con la selección, el primero de una lista en la que escuecen especialmente las derrotas de Estados Unidos, Corea del Sur y Alemania. Luego llegaría la gloria de Johannesburgo antes del ocaso de la era Del Bosque. Ahora, esa estrella que no me cabe en el pecho, quiere compañía. Me voy, o mejor, os voy encargando la segunda. Pedid por aquí...