Las dudas se instalan en Argentina

La zona mixta del estadio Wanda Metropolitano se convirtió anoche en un desfiladero de rostros abatidos. Los internacionales argentinos cruzaron el corredor sin querer expresar su pesadumbre por el hiriente 6-1 que acababan de encajar ante la selección española.

Los muchachos de Julen Lopetegui, liderados por un Isco colosal, golpearon seis veces a la Albiceleste en un amistoso que destapó las carencias del vigente subcampeón del mundo. Aún sin Leo Messi, sin Sergio Agüero y sin Ángel Di María, el resultado alumbró las debilidades de un grupo que se encuentra en una fase experimental a 79 días del Mundial de Rusia.
Con "un setenta u ochenta por ciento de la lista definida", el técnico Jorge Sampaoli convirtió esta última fecha en un test para los jugadores que mantiene en duda.
Willy Caballero, Nicolás Tagliafico, Marcos Acuña, Maximiliano Meza, Cristian Pavón, Pablo Pérez y Lautaro Martínez figuraron en el 'once' que cerró el encuentro. Ninguno suma más de diez partidos internacionales con Argentina.
La escuadra sudamericana, que entremezcló a noveles y veteranos -compitieron asimismo Javier Mascherano, Gonzalo Higuaín, Marcos Rojo o Nicolás Otamendi, entre otros-, abandonó Madrid "abofeteada".
"En el primer tiempo se dieron episodios muy favorables para España, que no había hecho méritos para dominar por dos goles. En el segundo, el rival aprovechó su jerarquía. España nos agarró con mucho vértigo y desorden. Eso generó la diferencia", convino en rueda de prensa Jorge Sampaoli.
Satisfecho por el rendimiento de su equipo en los cincuenta minutos iniciales, el técnico de Casilda aseguró que el primer periodo "fue increíble desde lo planificado y entrenado".
En el segundo, la fortaleza de su idea menguó y La Roja construyó una victoria que resume su voracidad: seis tiros a puerta y seis goles, con el sello de Isco (3), Thiago, Iago Aspas y Diego Costa.
La jerarquía de Andrés Iniesta contrastó, además, con la inocuidad de Lucas Biglia; la mordiente de Marco Asensio, con la apatía de Éver Banega; y la magia de Isco, con la timidez de Giovani Lo Celso. Al joven jugador del Paris Saint-Germain le fue requerido el cometido de llenar el vacío de Leo Messi, pero la Albiceleste acusó en demasía la añoranza del astro rosarino.
"Leo es un grandísimo jugador, un jugador único y la selección argentina es inferior sin él. Argentina, con Messi, es más poderosa", arrancó Sergio Ramos en zona mixta. "Se nota mucho cuando no está. Él es el que marca la diferencia", coincidió Diego Costa.
El atacante de Lagarto dejó igualmente un mensaje para toda la hinchada argentina: "A un jugador como Messi no se le critica. Hay que darle las gracias porque esté. Se nota cuando no está en el campo, es otra cosa".
A la ilusión de que el delantero del Barcelona pueda construir una nueva realidad se aferra ahora el equipo argentino. Dañado sin su '10', espera encontrarle en plenitud en Rusia tras la debacle vivida en Madrid.
"Me da una pena terrible que se haya dado este resultado. El 6-1 no fue tan futbolístico como anímico. No esperábamos que el equipo rival nos generara, con un dominio tan equitativo del partido, tanta contundencia. Me justificaría decir que el desarrollo no fue tan amplio como el resultado, pero la verdad es que nos golpearon mucho los goles y eso lo tenemos que mejorar", asumió Sampaoli.
Cuatro de los seis tantos del equipo español se sucedieron, en efecto, en un margen de tiempo muy reducido.
En los minutos 52 y 55, el combinado español celebró su tercer y cuarto goles. El quinto y el sexto en los minutos 74 y 75.
"No son goles construidos desde España, sino con lanzamientos a la espalda de los centrales. Hubo aspectos ahí que seguro que tienen que ver conmigo en la resolución de cara a lo que viene. El resultado marca que indudablemente hay que hacerse cargo de este partido para que estas cosas no pasen en el Mundial", reconoció crítico Jorge Sampaoli.