Hermanos... y enemigos por un día

El fútbol, la pasión que lo rodea, es capaz de todo. Todo lo bueno y lo malo que se pueda imaginar puede ser realizado por el balompié. Incluso, al menos por un día, dividir familias. Este es el caso de Juan Ortega y Raúl Ortega, dos hermanos que residen en Sanlúcar la Mayor (Sevilla) que, por un día, serán enemigos íntimos. Uno vestirá del FC Barcelona y otro del Real Madrid.

"Nosotros somos de Albacete, llegamos a Sanlúcar la Mayor en 1999, cuando apenas tenía seis años", relata Raúl al ser cuestionado por su llegada a Sevilla. Su hermano, que tenía dos años más, recuerda sus primeros días en la ciudad. "Íbamos a distintas ferias y siempre veíamos los mismos escudos y balones: uno del Real Madrid y otro del Barcelona", explica Juan. 
Sevilla, ciudad de pasión, vive sumergida en la rivalidad entre el Sevilla FC y el Real Betis. Resulta complicado comprender cómo dos jóvenes, sin apenas referencias, recién llegados a la ciudad y con numerosos amigos que vestían camisetas de aquellos colores, se fijasen en esos clubes, algo que admite el pequeño de la familia. "En Albacete sí tenemos más amigos del Barça y del Real Madrid, pero en Sevilla la gente no entiende que seamos de un equipo que no sea Betis o Sevilla, es extraño. Teníamos un tío que vivía con nosotros y eso nos ayudó". Juan, el mayor, lo recuerda con emoción. "Fuimos a una feria, nos llevaron nuestros padres, había dos balones, uno blanco y otro azulgrana. Yo, será por cuestión de limpieza, elegí el blanco", bromea. 
Lo cierto es que si no llega a ser por aquél familiar, hoy estarían afrontando el fin de semana de otra forma. "Son días de mucha pasión", explican. "Soy del Barça por mi tío Miguel. Él vivía en casa con nosotros y me pegó su pasión. Además de ello la mayoría de familiares son culés, me tiraba mucho", aclara el hermano culé. Así, lo realmente complicado fue para el madridista. En una familia donde "sólo podíamos dormir tarde cuando había partido del Barça", vestir de blanco no resultó fácil. "Tuve que esperar algunos años para tener mi primera camiseta del Real Madrid. Fue un regalo de mi primo y lo único que recuerdo es que la publicidad era TEKA. Son muchos años ya", aún así, para él vivir la pasión blanca no es fácil ya que "todo lo que puedo ver es a través de la televisión".

A pesar de ello, y aunque de pequeños sí tenían ciertos piques, la edad les ha hecho madurar, o al menos eso cree uno de ellos. "La relación día a día es muy buena. Mi hermano Raúl ya ha aceptado que el Real Madrid es el mejor equipo del mundo, así que...", bromea el mayor antes de recibir respuesta. "Es insoportable. El día a día no es malo, pero el día del partido... inaguantable", explica Raúl. El Clásico, "un partido de alto riesgo para discutir", tal y como ellos explican, no lo verán juntos. "Uno de los últimos que vimos juntos fue el 2-6. Todo comenzó bien, ganamos por dos y yo me reía", cuenta el madridista que es interrumpido por su hermano. "Sí, se reía mucho pero cuando empezamos a meter goles bien callado quedó. Aún lo recordamos", explica antes de añadir que "si gana el Madrid habrá que aguantarlo dos días hablando, pero como gane el Barça no podremos hablar, se inventará miles de excusas. Es así".
Juan, el madridista, es optimista de cara al partido del domingo. "Ganamos fácil. Meteremos tres o cuatro, me la juego por un 4-2" afirma antes de mirar a su hermano y corregir su resultado: "Bueno, quizá un 3-1", bromea. Respecto a los objetivos del equipo, tras eliminar al Bayern, se lanza. "Doblete, vamos a por el doblete". Finalmente, al ser preguntado por su mejor recuerdo en los Clásicos, tira de memoria. "El mejor fue en la 13/14. El Barcelona venía lanzado, el todopoderoso FC Barcelona, la final de Copa... no pudieron hacer nada".
Por su lado, Raúl, el culé, a pesar de la eliminación en Champions, intenta tirar de la mejor versión azulgrana. "Nos ha dolido lo de la Juve, pero el Bernabéu no se nos da mal, apuesto por un 1-3". Resultado parecido al más recordado por él, en el Bernabéu: "En 2006, cuando Ronaldinho sacó toda su magia, fue increíble". Además, cree que su equipo, si se alza con el partido ante los blancos, tendrá opciones por LaLiga Santander, pero que, además, seguro que levantará la Copa del Rey.
Dos hermanos, a cientos de kilómetros del Santiago Bernabéu y del Camp Nou. Dos hermanos que viven día a día, que, a veces, trabajan codo a codo y que, por un día, se convertirán en enemigos íntimos. El fútbol, como siempre, es capaz de todo. De lo mejor y de lo peor.