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Estadios de LaLiga: El Sadar, hogar 'rojillo'

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El Sadar es el nombre del estadio de fútbol situado en Pamplona (Navarra) en el que disputa sus partidos Club Atlético Osasuna. Inaugurado el 2 de septiembre de 1957, cuenta actualmente con una capacidad de 18.761 espectadores (aunque en su día podían entrar hasta 30.000 personas, eso sí, la mayor parte de ellas de pie). Las medidas del terreno de juego son de las más pequeñas de entre los grandes equipos, con 105 metros de largo y 57,5 metros de ancho.

Historia

Antes de la inauguración de El Sadar, Club Atlético Osasuna disputaba sus partidos en el campo de San Juan, concretamente desde el 21 de mayo de 1921. Pero la necesidad de buscar una mayor comodidad para los espectadores, de mayor aforo e iluminación artificial, hizo que la Junta de Socios Compromisarias del momento vendieran el antiguo estadio y buscaran un campo adecuado a los nuevos tiempos. De esta manera, el Osasuna pagó 61 millones de pesetas por lo que se conocería como El Sadar.
Así, el 2 de septiembre de 1957 se inauguró el nuevo estadio con un partido que enfrentó al Real Zaragoza con el equipo portugués del Vitoria de Setúbal en el contexto de un torneo triangular que organizaron los navarros para celebrar esa efeméride. En ese momento, el estadio contaba con una capacidad de 25.000 espectadores, 7.000 de ellos sentados. El primer partido oficial que jugaría Osasuna en El Sadar fue una jornada de liga de Segunda División el 17 de septiembre de 1967 en el que los navarros empataron a un gol frente al Sporting de Gijón y en el que hubo hasta 16.000 personas en el estadio.
En la temporada 1977/78, El Sadar recibiría su primer cambio estético. La Federación Española de Fútbol obligó a todos los equipos españoles a instalar unas vallas protectoras por motivos de seguridad, y el estadio navarro no fue una excepción. En 1989, se construyó la Tribuna de Preferencia Alta que supuso un costo de 561 millones de pesetas. Este hecho fue algo polémico en esos años, puesto que Osasuna había quedado al margen del plan de saneamiento que iba a llevar a cabo la Administración y no iba a percibir ninguna cantidad de los ingresos de la quiniela. Por eso, Fermín Ezcurra, presidente de Osasuna, levantó una nueva tribuna con cargo a la deuda privada que asumiría la Liga de Fútbol Profesional. Con esta modificación, se amplió el aforo hasta los 30.000 espectadores, que unos años después se reduj0 a 20.000 cuando se quedaron sólo los asientos de pie.
En 1999, se instaló un moderno videomarcador en el estadio y se inauguró la nueva sede social del club y la sala de juntas. En la temporada 2002/03, se intentó una gran modernización del estadio, incluyendo las dependencias de los medios de comunicación. Además, dos enormes lonas con motivos osasunistas se instalaron en el exterior del estadio mejorando su estética.
La culminación del estadio moderno que conocemos actualmente llegó en el verano de 2003, cuando la grada fue modificada en su totalidad. Con esta obra, la parte baja del estadio se levantó casi dos metros respecto al terreno de juego para que los espectadores estuviesen más comodos y tuvieran una mejor visibilidad de lo que ocurría en el campo, entre otras reformas.

Datos y curiosidades

El estadio El Sadar recibe su nombre en honor al río del mismo nombre, que atraviesa Pamplona y pasa muy cerca de sus instalaciones. Además, la niebla que aparece muchas veces en el estadio es una de las imágenes más reconocibles cuando Osasuna disputa sus partidos como local.
Entre los años 2005 y 2013, cambió su nombre por el de Reyno de Navarra, tras alcanzar Osasuna y Gobierno de Navarra un acuerdo de patrocinio por el cual el conjunto osasunista recibiría un millón y medio por tres años. Un hecho que trajo mucha polémica entre los aficionados "rojillos", puesto que desde su inauguración siempre había tenido el nombre de El Sadar. Desde la temporada 2011/12, el estadio recuperó su nombre original.
Uno de los hechos desgraciados que ocurrieron en el feudo navarro se produjo el 18 de mayo de 2014 cuando, durante la disputa de un partido entre Osasuna y Betis, una valla del fondo sur se vino abajo durante la celebración de un gol del equipo local. Se produjeron 68 heridos, 10 de ellos graves. Debido a esto, el partido se interrumpió. El partido correspondía a la última jornada de liga, donde Osasuna se jugaba la permanencia y el resto de partidos se celebraba en horario unificado, por lo que el resto de encuentros se suspendieron al descanso para mantener esa norma. Finalmente, con media hora de retraso, los cuatros partidos en donde se jugaba la permanencia volvieron a arrancar de manera simultánea.
 

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