Suspenden revancha de final de Europeo por conflicto laboral con futbolistas

La Federación Danesa de Fútbol (DBU) anunció hoy la suspensión del amistoso que se iba a jugar el viernes entre Dinamarca y Holanda, revancha de la última final del Europeo femenino, por el conflicto laboral con el sindicato de futbolistas.Las jugadoras se negaron ayer a entrenarse hasta que las dos partes, que llevan negociando hace meses, logren un acuerdo sobre el nuevo convenio.
La DBU ha respondido con la suspensión del partido, que se iba a jugar en Horsens (oeste de Dinamarca) y para el que se habían agotado las 8.000 entradas.
Las autoridades federativas aseguran que ofrecieron mantener el convenio actual subiendo un 46 % en sueldos, extras y parte de los ingresos en taquilla, pero que el sindicato reclama un aumento del 342 % y que las jugadoras sean consideradas contratadas por la DBU mientras estén en una concentración.
"La situación es muy problemática, tanto desde el punto de vista deportivo como económico y para todo el fútbol femenino danés", señaló en un comunicado la DBU, que ha informado a la Federación Holandesa y a la UEFA de la suspensión.
Dinamarca tiene que jugar en una semana un partido de clasificación para el Mundial contra Hungría, pero la situación aún no está "clara", según la Federación Danesa, que está "en diálogo" con la FIFA y la UEFA sobre un caso "sin precedentes", que podría obligarle a alinear un equipo sin profesionales.
El sindicato de futbolistas, que no quiso hablar de cifras, mostró su "incomprensión" por la suspensión del partido y reiteró su voluntad a seguir negociando.
"Lamentamos que la DBU haya tomado esa decisión, desde luego no es nuestro deseo. Nos parece que es totalmente innecesaria", dijo en un comunicado la capitana de la selección, Pernille Harder.
La DBU ya ha tenido conflictos en el pasado con el sindicato, sobre todo a la hora de negociar un convenio con los jugadores del equipo absoluto masculino, aunque siempre se habían solucionado.
El capitán de la selección danesa y jugador del Sevilla, Simon Kjær, acusó hace unos días a la federación de crear división al rechazar firmar acuerdos colectivos y amenazar a los jugadores.
El partido estaba pensado como un homenaje a la selección danesa femenina, que hace un mes perdió 4-2 la final del Europeo y que se ha convertido en un fenómeno social en el país escandinavo.