Renato Sanches, la indomable promesa del Benfica

Indomable, salvaje, atrevido o alegre son algunos de los calificativos usados para describir el refrescante estilo del último diamante del Benfica Renato Sanches, que mañana pondrá a prueba su cualidades ante el gigante Bayern de Múnich.

"Es un futbolista que mezcla el profesionalismo con la alegría de un chaval de la calle. Hace falta alguien así al fútbol. Ya no se ven jugadores así en Europa", apreció Rui Vitória, el entrenador que le hizo debutar en el Benfica un 30 de octubre del 2015.
Renato Júnior Luz Sanches (Lisboa, 1997) ha sido probablemente la mejor noticia del fútbol luso en los últimos años, sobre todo para los benfiquistas, que hace tiempo que no se ilusionaban tanto con un canterano.
Inconfundible debido a sus trenzas, su irrupción ha sido fiel reflejo de su estilo de juego: arrolladora.
Desde que debutó como titular, el 25 de noviembre del 2015, ante el Astana kazajo en la Liga de Campeones, este 'todocampista' dinámico y con un fuerte chute ha participado en 24 encuentros entre Liga, Copas y Liga de Campeones, con un saldo de 20 triunfos, dos empates y dos derrotas.
Gracias a su papel como número '8' por delante del medio defensivo, el Benfica ganó intensidad y consistencia.
Con el joven en el once, los encarnados tomaron el liderato en Portugal después de recuperar siete puntos de desventaja y se clasificaron a los cuartos de final de la Champions, en los que ahora se miden al Bayern de Pep Guardiola.
"Siento el placer y la adrenalina de poder disputar el balón con personas que veía por la tele y ahora convivo con ellas dentro del campo. Eso me motiva para trabajar cada día", ha apostillado Sanches, en las pocas declaraciones que ha dado hasta el momento.
El recorrido de Renato Sanches, como el de muchos jugadores de elite, no ha sido un camino de rosas, más bien al contrario.
Se crió en uno de los barrios más conflictivos de la capital portuguesa, Quinta Grande, en el norte de la ciudad, donde se concentran poblaciones afrodescendientes procedentes de las antiguas colonias portuguesas en África, normalmente de escasos recursos.
De raíces caboverdianas, el futbolista contó apenas con el apoyo de su madre, contaron a EFE fuentes próximas al jugador, pues el progenitor abandonó el hogar cuando Sanches era pequeño.
En un barrio repleto de problemas de integración social, el joven estuvo rodeado de amigos involucrados en la delincuencia, sobre todo la relacionada con el tráfico de drogas.
En el Benfica desde los 9 años y con Jorge Mendes como representante desde la adolescencia, a Renato Sanches le pusieron una especie de tutor que le mantuvo ajeno a espinosos asuntos en los que estaba metido su círculo de amistades.
Sanches, que luce orgulloso sus vistosas trenzas al estilo Edgar Davids, se ha convertido además en un símbolo de los cientos de miles jóvenes afrodescendientes en Portugal, un grupo históricamente golpeado por la discriminación, el paro y la precariedad.
"No es un medio normal, él es atrevido, no juega en corto, ni en paralelo. Es cierto que tiene sus errores, pero es diferente", terció Rui Vitória, la semana pasada, en respuesta de las primeras críticas a Sanches.
En sus dos primeros encuentros con la selección absoluta de Portugal, ante Bulgaria y Bélgica, el centrocampista falló varios pases y algunos medios criticaron su precipitación.
También su impetuosidad le ha valido más que una reprobación. Hace un mes, en el derbi ante el Sporting de Lisboa, realizó una temeraria entrada al costarricense Bryan Ruiz, al que no lesionó de gravedad por poco.
"Todavía tengo mucho que crecer. Sólo tengo 18 años. Con el tiempo, la experiencia y ayuda de mis compañeros, voy mejorando", ha reconocido el propio Sanches.
El medio, hoy un portento físico, demoró en desarrollarse, sobre todo en el tren inferior.
Quien le ha seguido desde las categorías inferiores del Benfica cuenta que solo con 15 o 16 años empezó a adquirir un físico hercúleo que le permite actualmente salir ganador en el cuerpo a cuerpo.
Su menudo físico (1,76 metros), parecido precisamente al del 'Pitbull' Davids, le confiere además una extraordinaria movilidad.
A sus rivales también los ha enamorado, comenzando por el entrenador del Atlético de Madrid, Diego Pablo Simeone, y acabando por el internacional belga Axel Witsel.
"Ha tenido una evolución grande y, si continua jugando así, en uno o dos años, puede ser traspasado a un gran club europeo", manifestó Witsel, que dejó en el 2012 el Benfica por el Zenit a cambio de 40 millones.
Mañana, en el Allianz Arena de Múnich, media Europa estará atenta a Renato Sanches, el extraordinario futbolista que juega con la alegría de un niño de barrio.