Puro bronce
Corren tiempos nuevos en el mundo del fútbol. Corren tiempos de megacantidades económicas, globalización admitida y nombres con regates mágicos bajo sus botas. Corren tiempos en los que se olvidan las categorías inferiores, los clubes históricos y los días en los que el barro mandaba en el balompié. Sin embargo, ahí siguen, peleando año a año, curso tras curso. Uno de los protagonistas de esta ardua pelea, la UD Melilla. Un club puro bronce.
Hablar de la UD Melilla es hablar, sin duda alguna, de uno de los históricos del fútbol español. Fundado en 1943, su primera participación data del 6 de febrero de dicho año en la Copa de Marruecos. Sólo tardó un par de temporadas en colarse entre los 'grandes' y en la 44/45 jugó por primera vez en Tercera División. A pesar de que -hasta ahora- jamás compitió en Primera División, sí guarda capítulos de oro en la Segunda. En la 50/51, con nombres tales como Martín, Mamblona o Llopis, soñaba con el ascenso, pero todo quedó en eso, en un simple sueño.
El 28 de enero del mismo año los Unionistas tendrían que jugar en Palma de Mallorca, pero el futuro les tenía guardado un negro capítulo. En el largo viaje de mar y carretera, camino de Alicante, pasado Loja (Granada) un camión de gran tonelaje chocaría con el autobús del equipo. "Conducía el camión el chófer Esteban Parra que, procedía de Elche y se dirigía a Sevilla con carga de alcachofas", explica la web oficial del club.El autobús del equipo sufrió un grave accidente camino a Alicante, lugar en el que cogería un vuelo hacia Mallorca
En dicho accidente perdieron la vida el interior Francisco Mamblona, el delantero Juan Martínez y un masajista de la entidad. Con dicho desgraciado acto comenzó la caída del club. A punto de desaparcer, se rehizo bajo el nombre del Melilla CF, que volvió a Segunda, pero nada, jamás, volvió a ser igual.
En 1976, tras la corta vida del Melilla CF, nació la nueva UD Melilla. Un equipo que ha conseguido hacer historia en el fútbol nacional: desde su debut en Segunda División B en la 87/88, el equipo se ha convertido en la entidad fija de la categoría: 32 años después llenos de sinsabores, rachas mágicas, ascensos frustrados y acercamientos a la quema, el equipo no piensa rendirse en su vuelta a la plata.
Entre tanto, el equipo sigue haciendo historia y tras la celebración de la temporada 2017/18 se ha consagrado como el decano de la categoría. El Municipal Álvarez Claro sigue reuniendo partidos de nivel (inaugurado el 29 de septiembre de 1945) y su visita en Segunda B es todo un clásico. Tras debutar en la temporada 1987/88, el equipo suma 32 temporadas consecutivas en Segunda B
Campeón de la categoría en una ocasión (1998-99) y subcampeón de la misma en dos ocasiones (1989-90 y 2009-10), el paso del blanquiazul por el play off no ha sido satisfactorio y el salto definitivo a la plata se sigue resistiendo.
Este año, con un equipo reestructurado y hombres con potencial, el conjunto de Melilla soñaba con, como mínimo, acceder al play off, sin embargo, el final de temporada se convirtió en un 'castigo'.
Con los mismos puntos que el Extremadura, cuarto clasificado en la tabla, los Unionistas cerraron el curso quintos por un sólo tanto: el conseguido por los extremeños en la jornada 31. La derrota ante los de Juan Sabas decidió el curso y obligó al Melilla a terminar su temporada de forma 'prematura' al quedarse fuera de la final de ascenso.
Un final de temporada de lo más duro para un club histórico, para un equipo al que todos temen visitar en la tercera categoría española, para un conjunto con experiencia e historias para contar. Un final duro para la entidad de puro bronce.
