Jô recuperó su mejor nivel al volver, con 30 años, al club en el que surgió

Carlos A. MorenoSao Paulo, 15 nov .- El delantero Jô, que hoy se coronó campeón brasileño con el Corinthians, con el que lidera la tabla de goleadores de la Liga, recuperó este año su mejor nivel como futbolista al volver, a sus 30 años, al club en el que surgió como profesional a los 16.
En un Corinthians que conquistó el título sin ninguna gran figura y que brilló más por el conjunto que por las individualidades, Jô se destacó por haber sido la referencia en el ataque y el goleador del equipo, con 18 anotaciones en la Liga, una más que Henrique Dourado (Fluminense), a falta de tres jornadas.
Jo certificó su gran temporada logrando esta noche los dos goles que supusieron la remontada del Corinthians ante el Fluminense (3-1) en el decisivo partido que certificó el título de su equipo.
Y el espigado delantero de 1,88 metros, autor de la tercera parte de las anotaciones del Corinthians en el torneo (48), se convirtió igualmente en uno de los nuevos ídolos del club más popular de la ciudad de Sao Paulo pese a que pocos apostaban por un veterano que parecía olvidado cuando fue presentado el 2 de noviembre del año pasado como refuerzo del club por tres temporadas.
Ello debido a que, tras una actuación opaca como integrante de la selección brasileña que disputó el Mundial de 2014 y del fracaso de la Canarinha en el torneo, el delantero volvió a sufrir nuevamente por problemas disciplinarios en el Atlético Mineiro; cayó totalmente de nivel y pasó al olvido en Brasil en 2015 y 2016, años en los que pasó sin pena ni gloria por el Al-Shabab de Emiratos Árabes y el Jiangsu Suning chino.
Pero en el Corinthians, al mando del técnico Fabio Carille, recuperó el nivel con el que brilló en 2012 y 2013 como goleador y figura del Atlético Mineiro y que lo llevó a ser convocado para el Mundial de 2014.
En sus exitosos años en el Atlético Mineiro, el delantero fue dos veces campeón regional de Minas Gerais (2013 y 2015), campeón de la Copa Libertadores (2013) y campeón de la Recopa Sudamericana (2014).
En el mismo período fue campeón de la Copa Confederaciones (2014) con la selección brasileña, con la que anotó cinco tantos.
Igualmente fue el goleador de la Libertadores 2013, con siete dianas, incluyendo un triplete que le anotó al Sao Paulo en octavos de final.
Para la nueva resurrección futbolística del atacante al parecer contribuyó el regreso a su natal Sao Paulo y al club en el que se inició en las categorías juveniles y que le dio la oportunidad de debutar en el equipo profesional en 2003, a los 16 años, con lo que se convirtió en el más joven que ha promovido el Corinthians en su historia.
Jô heredó de su padre y de su hermano mayor el deseo de jugar en el Corinthians.
Su padre, Dario Silva, fue punta derecha del club paulista en la década de 1960 pero se retiró del fútbol debido a que en la época no era una actividad bien remunerada.
Su hermano mayor, Jean Silva, llegó a firmar un contrato como futbolista del Corinthians pero su carrera fue interrumpida por un accidente automovilístico que le causó la muerte en agosto de 2002.
En la época, con 15 años, Jô prometió a sus padres que haría todo para que pudiesen recibir de él todo lo que esperaban de su hermano como futbolista exitoso.
Pocos meses después el jugador que disputaba partidillos con amigos en canchas sin condiciones en Sapopemba, una humilde región en la mayor ciudad de Brasil, se integró a las divisiones inferiores del Corinthians y rápidamente saltó al profesionalismo.
Tras dos años en el conjunto paulista en el que era considerado una promesa, Jô siguió el camino natural de los futbolistas brasileños al cumplir 18 años y aceptó una propuesta para fichar por el CSKA, con el que jugó en tres temporadas en las que anotó 69 goles y fue una vez campeón ruso (2006), dos veces campeón de la Copa de Rusia (2006 y 2008) y dos de la Súpercopa de Rusia (2006 y 2007).
El éxito en el fútbol ruso hizo con que sus derechos los adquiriera el Manchester City, pero tuvo pocas oportunidades en el club inglés y aceptó ser cedido en préstamo una temporada al Everton y por otra al Galatsaray turco.
Sin posibilidad de ser titular en el Manchester y ya famoso en Europa por sus problemas de indisciplina, Jô decidió regresar a Brasil en 2011 y fichó inicialmente por el Internacional, en donde también fue perjudicado por los problemas fuera de la cancha y por sanciones que le impidieron jugar.
El delantero solo volvió a brillar cuando fue transferido al Atlético Mineiro con un fútbol que parece haber recuperado tres años después en el Corinthians.