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Tragedias en el fútbol (III): Zambia y el nexo de lágrimas y sonrisas en Gabón

Tragedias en el fútbol (III): Zambia y el nexo de lágrimas y sonrisas en Gabón

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Javier Carbonero

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Hablar a priori en el fútbol es muy arriesgado. Sin embargo, siempre quedará la incógnita de saber si el accidente aéreo de 1993 nos privó de ver una Zambia, la de la década de los 90, poderosa en lo futbolístico. Aquella generación ya había apuntado y por edad  tenía margen de mejora. Eran tiempos de pujanza balompédica en África con selecciones como las de Camerún o Nigeria. Con Gabón como eje de la historia, lugar del accidente y luego del único título continental para los zambianos, recordamos esta trágica historia.

El destino es caprichoso. Fue el 28 de abril de 1993. Aquel día un avión se estrellaba en el Océano Atlántico al poco de despegar de Libreville (Gabón). Un total de 30 personas perdían en la vida. El fútbol y una tragedia aérea volvían a unirse en la fatalidad, ya que los que viajaban en ese aparato eran los integrantes de la selección de Zambia que se trasladaba a Senegal.
Aquel día perdieron la vida 18 futbolistas de la selección de Zambia, además de los miembros del cuerpo técnico y algunos federativos de aquel combinado africano, en el que los expertos habían advertido un incipiente talento. En total 30 fallecidos. No hubo supervivientes, o al menos en el avión. Varios futbolistas habituales de la selección, por diversos motivos, no se subieron a esa aeronave que luego se accidentaría.
Entre este pequeño grupo de supervivientes se encontraba Charles Musonda, centrocampista por entonces del Anderlecht de Bélgica. El padre de Charly Musonda, jugador del Chelsea cedido en el Betis, padecía en abril de 1993 una lesión que le dejó fuera de la convocatoria. La rodilla, ese enemigo del futbolista en tantas ocasiones, fue el que le salvó en aquella ocasión. Tampoco viajaron en ese avión Johnson Bwalya, del Bulle (Suiza), y Kalusha Bwalya, del PSV Eindhoven (Holanda).

 

El accidente, cuando iban a jugar a Senegal

El avión de la selección de Zambia venía de las Islas Mauricio, donde había disputado un partido e iba de camino a Senegal, concretamente a Dakar para jugar otro encuentro. Después de parar para repostar en Libreville (Gabón), se produjo el fatal desenlace prácticamente al despegar. Un error humano del piloto, al apagar un motor por equivocación, fue la causa. 
Se truncaba la vida de 30 personas, pero también el sueño de una selección que estaba haciendo historia. Su potencial le había hecho estar en los primeros puestos de la clasificación para el Mundial de Estados Unidos en 1994. Probablemente lo hubieran conseguido, si aquel día de abril el avión no hubiera tenido el accidente en el Atlántico. Nunca Zambia ha jugado la fase final de un Mundial.

 
Los cuerpos sin vida de los expedicionarios regresaron al país y fueron enterrados en las afueras del estadio de la Independencia de Lusaka, la capital de Zambia, en la zona denominada 'Héroes Acre'. Claro que en mitad de aquel drama nacional, en un episodio que marcó durante muchos años al país, había que mirar al horizonte.

La reconstrucción de la mano de Bwalya

En ese momento fue clave la figura de Kalusha Bwalya, uno de los habituales de la selección que por estar en Europa no viajó aquel 28 de abril de 1993. Después del accidente, todos pensaban que Zambia se iba a retirar de la clasificación para el Mundial. Sin embargo no lo hizo y, tras varias semanas buscando jugadores en el país, siguió disputando partidos.
"Esta decisión la tomaron el Gobierno, la Federación y el pueblo. Yo era el viejo capitán y compartíamos el mismo objetivo: participar en el Mundial", recordó años después Bwalya.

Fueron cinco semanas en las que Bwalya hizo de todo. Seleccionador, ojeador, jugador... Había pasado poco más de un mes del accidente. Zambia volvió a jugar al fútbol y venció a Marruecos. Precisamente con los marroquíes se disputaron la clasificación en el último partido, tras varias jornadas. Un sólo gol privó a Zambia de alcanzar el Mundial. La inexperiencia de aquel equipo, creado con rapidez, pudo pesar en el momento cumbre del partido definitivo.
En alguna entrevista de la época, Bwalya confesó que al terminar el partido le vinieron unos terribles recuerdos de sus compañeros a los que no le pudo dedicar la clasificación para el Mundial. Sin embargo, los cimientos de la nueva Zambia futbolística se fueron recuperando y en 1994 fue subcampeona de la Copa de África, en la que perdió ante una Nigeria dominante en el continente.

 La Zambia que se perdió el fútbol

Una de las grandes incógnitas que dejó el accidente fue saber la Zambia que se perdió el fútbol. Aquella generación ya advirtió de su potencial en los Juegos Olímpicos de Seúl 1988. Los africanos le endosaron a Italia un 4-0 histórico, con tres goles de Bwalya. Zambia siguió adelante en el torneo y cayó en cuarto de final ante la Alemania de  Klinsmann.
La confirmación de las posibilidades de ese equipo de Zambia llegó en 1990 en la Copa de África. Finalizó tercera el campeonato después de caer en semifinales ante una Nigeria liderada por Okocha, que pronto también maravillaría al mundo. En 1991, Zambia se alzaba con la Copa CEDAFA, que enfrentaba a combinados nacionales del Este y Centro de África. Nunca se sabe que hubiera sido de ese generación, que perdió la vida en 1993.

La justicia del fútbol

Claro que el fútbol a veces lanza guiños inesperados. Zambia protagonizó uno de ellos en la Copa de África de 2012, en la que se proclamó campeona. El torneo se disputó en Gabón, país en el que precisamente se produjo el accidente de 1993. Curiosamente el presidente de la Federación era Bwalya. Pocos contaban con el triunfo final del combinado zambiano.
El recuerdo del accidente aéreo fue probablemente una motivación extra para Zambia, que poco a poco fue superando fases hasta llegar a la final. Allí se enfrentó a Costa de Marfil y, después de un 0-0 en 120 minutos, ganó en la tanda de penaltis. Hasta el octavo lanzamiento no logró un triunfo único, ya que se trata de la única Copa de África conquistada por Zambia. Paradojas del destino fue en Gabón.

Homenaje en el lugar del accidente

Días antes de que celebrara esa Copa de África la selección de Zambia visitó la playa cercana al lugar donde que se produjo el accidente en Gabón. "No es una coincidencia que estemos aquí. En 1993, los jugadores de Zambia llegaron a esta ciudad para cumplir una promesa. Dieron su vida por una causa noble, el sueño de llevar la gloria a su país", dijo Bwalya, presidente de la Federación.
"Hoy estamos aquí por la misma razón. La única diferencia es que estamos vivos, mientras que mis ex compañeros no lo están. Sus sueños, sin embargo, son los nuestros", añadió Bwalya, sin saber que el homenaje se completaría con el título de la Copa de África semanas más tarde.

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