El Sunweb, Froome y Sky, los más laureados

Se acabó, un año más, el Tour de Francia. Tras 21 etapas, tres semanas y más de tres mil kilómetros, la carrera más laureada del ciclismo internacional puso punto y final a su edición número 104 con el triunfo de Chris Froome. El británico, que suma ya cuatro títulos, ha vivido una carrera atípica, no tan formidable en forma, pero con poca amenaza a su triunfo final. Pero no es Froome el único protagonista de la Grande Boucle. Este Tour deja un reguero de nombres que estacionan en la línea entre el suspenso y el mayor de los honores. Como estudiantes, los corredores reciben las notas a finales de julio.

Esta edición del Tour entrega algunas matrículas de honor. La gran mención especial va para el equipo Sunweb, que con el Giro conquistado por Tom Dumoulin lleva un curso excepcional. La escuadra alemana sale de Francia con cuatro etapas ganadas (casi el 20%) y los maillots de la montaña y la regularidad. Warren Barguil y Michael Matthews han dado mucha presencia al equipo. De hecho, el francés se ha llevado el premio al corredor más combativo del Tour (otorgado este año por el aficionado). El registro, hace falta recalcarlo, es tremendo y difícilmente igualable en el ciclismo actual. Sin duda, los grandes ganadores del Tour.
Chris Froome y el Sky acaban este sumarísimo parcial con un sobresaliente. El británico está a un triunfo de igualarse a los más grandes de la ronda francesa: Merckx, Hinault, Anquetil e Induráin. Cuatro victorias en París que reflejan un ciclo hegemónico. A Froome se le escapa la matrícula de honor por dar muestras de flaqueza en algunas ocasiones, pero su entereza es indiscutible. Ha lanzado ataques, ha respondido a los escasos que ha recibido y en su especialidad, la crono, ha fraguado las diferencias con sus rivales. Como de costumbre, su triunfo no puede entenderse sin la labor de todo el Sky. En especial, tres nombres: Michal Kwiatkowski, Mikel Nieve y Mikel Landa. Los dos primeros han marcado el ritmo y solventado papeletas complicadas cuando su líder tuvo avería mecánica o se vio en apuros en el descenso. El Tour de ambos ha sido extraordinario. Mención destacada para un Mikel Landa que se ha quedado a 1” del pódium. Es el despunte final para ser jefe de filas absoluto en 2018, aunque lo hará en otro equipo. Venía de hacer un Giro intenso.
Sobresaliente también ha sido el Tour de Rigoberto Urán y Romain Bardet. Notorio el del colombiano, con el que nadie contaba en tan altas lides. Segundo en el pódium (y una etapa), el no haber realizado ni un solo ataque en 21 etapas le priva de ser matrícula de honor. Se queda a 54” de Froome, pero sin haberlo intentado. Quizás no vuelva a tener tan cerca ganarlo. Quizás pudo ser el primer colombiano en hacerlo. Al francés Bardet esta edición le llega su confirmación al repetir foto en París. Es el primer galo, en mucho tiempo, que se cree de verdad que puede ganar la carrera de casa. Su equipo ha sido valiente, agresivo y voluntarioso, pero quizás no todo lo pujante o acertado en la estrategia. El Ag2r se queda en un notable.
Marcel Kittel, que se fue a casa antes de tiempo, ya lo hizo con un sobresaliente en su pedaleo. ¡Cinco etapas para el alemán! Dominador absoluto al sprint, ha dejado en el suspenso a casi todos sus rivales. La no conquista del maillot verde, en dura pugna con el citado Michael Matthews, le priva de la máxima mención. Quien se va contento del Tour, y no sólo por las victorias, es también su equipo, el Quick-Step, después del sexto puesto de Dan Martin. El irlandés ha aguantado mejor que nunca en la general. Su paso adelante es de resaltar, así como su valentía al no escatimar el más mínimo grado de fuerza que conservara. En un equipo ajeno a las generales como el Quick-Step, el mérito es mayor.
En la áspera línea entre el sobresaliente y el notable se quedan corredores que han brillado lejos de los focos. Simon Yates se va con un séptimo puesto y el maillot blanco, pero su equipo se queda en el aprobado con las decepciones de Esteban Cháves y el papel gris de Roman Kreuziger. Su impacto en la carrera ha sido ínfimo comparado con el potencial de la escuadra australiana. Fabio Aru también se vuelve a Italia con una notable participación: triunfo en La Planche des Belles Filles y un quinto puesto. Un paso adelante que en la tercera semana se atragantó. Su equipo no le pudo arropar después de una temporada realmente tortuosa para Astaná. Una relación, la de Aru y su escuadra, que puede vivir, por otra parte, sus últimos meses.
Corredores franceses como Brice Feillu y Arnaud Démare también se van con un notable del Tour. En el caso del sprinter de la FDJ, que tuvo que abandonar en las primeras etapas de montaña, se hizo con una etapa que refrenda la buena trayectoria del campeón francés. Démare le dio a su país una victoria al sprint que llevaba más de diez años sin ver. Su equipo se queda en el aprobado salvado, precisamente, por su corredor. La FDJ ha estado horrible en el resto de aspectos, con un Pinot que apenas ha aparecido en carrera y tuvo que abandonar, como otros seis compañeros. El equipo galo ha acabado con tres corredores, entre otras cosas, por errores estratégicos con el propio Démare al acompañarle en demasía hasta el fuera de control. En el caso de Feillu, el combativo corredor del Fortuneo ha dado presencia a su equipo, que se marcha sin victorias. Decimosexto en la general, lo ha intentado y se ha dejado ver. Un bonito reencuentro con un ciclista que se presentó muy joven hace años ya y éste ha rememorado sus mejores momentos.
Notables repartidos también para corredores de apariciones más esporádicas. Primoz Roglic se llevó una etapa de las grandes etapas del Tour en Sur Chevalier coronando en primer lugar el Galibier y dejando atrás, en la fuga, a Alberto Contador. El corredor del Lotto Jumbo deja un gran sabor de boca para un equipo que tuvo que desterrar otras opciones con las bajas de Robert Gesink (que lo intentó) y George Bennett. Los holandeses rozan el sobresaliente con la victoria de Dylan Groenewegen en París. Maximización de recursos. Muy buen Tour. No tan esporádica han sido las apariciones de Thomas De Gendt. El belga honra al ciclismo con su insistencia, su perseverancia y constancia en el esfuerzo. Se va de vacío del Tour, peleó – con pocas opciones – la montaña y dio presencia a su equipo, que se marcha de Francia con un suspenso (cero victorias con Greipel en sus filas).
También Lilian Calmejane se va de la carrera con una exhibición en las piernas. Ganó en la Station Des Rousses culminando una fuga con calambres incluidos a falta de 5 km. Su primera semana recordó a su compañero Thomas Voeckler, que se retira precisamente con la tranquilidad de tener un buen sucesor. Calmejane va para gran corredor, con victorias ya en dos grandes y poniendo la guinda al Tour del Direct Energie, muy combativo.
Con notable se queda también la carrera del Bora, que se marcha del Tour con menos bote del que pudiera esperar. La expulsión de Peter Sagan (que dejó una victoria en Longwy antes) y el abandono de Rafal Majka complicaron la carrera del equipo alemán, pero la victoria en la crono de Marsella por parte de Maciej Bodnar deja un muy buen regusto. Escuadra con alternativas y en la que ha crecido Emmanuel Buchman, decimoquinto en la general.
Quizás el notable más bajo se lo quede Louis Meintjes. Repite clasificación final entre los diez primeros, pero su participación pasa desapercibida. Al fin y al cabo, su presencia se resume a quedarse descolgado en el reguero de ciclistas que se sueltan del ritmo de los más potentes. Meintjes, joven, perdió en el mano a mano con Yates por el maillot blanco y ha vuelto a demostrar su regularidad para las grandes vueltas. Necesita dar un paso adelante más allá de hacer algún ataque testimonial. Su equipo, el Emirates, se marcha de vacío del Tour. Un aprobado por la buena clasificación del sudafricano.
Buen aprobado se llevan otros participantes de la Grande Boucle. Guillaume Martin sobresale en el modesto Wanty, que lo ha intentado, pero ha estado realmente lejos de ganar una etapa. Vigesimotercero en la general, el joven corredor galo ha dejado buenas referencias en su debut en el Tour. Crecerá en presencia en los próximos años. Damiano Caruso también deja una buena participación en la ronda gala con un undécimo puesto en la general. El italiano del BMC puede escalar a la calificación de notable, pero no su equipo. En cualquier caso, es injusta la valoración a un equipo que se quedó muy tocado en carrera con la baja de su gran figura, Richie Porte.
Dimension Data también se puede ir contento. Sobre todo por la actuación de Edvald Boasson Hagen, ganador de etapa y que perdió otra por milímetros en la foto finish (con dudas, de hecho). El equipo sufrió la baja de Mark Cavendish por la acción de Sagan al poco de empezar el Tour y se quedó vacío, pero la lucha del noruego les ha dado vida en la carrera francesa. Aprobado holgado con justicia.
Raspado y con dudas es el suficiente para Alberto Contador. El madrileño se ha quedado muy lejos de la general y se va sin etapas, pero su pundonor y las ganas de animar la carrera soliviantan un Tour muy lejano al esperado. Las caídas le han trastocado los planes, pero es patente que ya no es dominador en la montaña. No obstante, la participación del español en el Tour deja una ristra de buenas sensaciones: salvo el descalabro en el Mont du chat, Contador siempre ha estado con los mejores. El Trek aprueba con la victoria de Bauke Mollema, de muchísimo valor, pero en el cómputo general el equipo no ha brillado demasiado. Degenkolb, lejos del triunfo salvo en una etapa.
En el capítulo de suspensos, dos nombres resaltan por encima del resto. Nairo Quintana y Movistar Team han cuajado un mal Tour sin apenas protagonismo en carrera. El colombiano ha acabado desfondado y sin presencia más allá de la cabalgada en persecución de Landa y Contador en los Pirineos. Quintana ha acabado fuera del top-10, demasiado lejos como para acusar exclusivamente a la acumulación después del Giro. Movistar, con la terrible baja de Alejandro Valverde a las primeras de cambio, perdió su otra gran baza. No ha sabido reponerse y apenas ha estado en carrera. Un Tour para recordar y ajustar los graves errores de esta edición.
Tampoco sale bien parado el Bahrain-Merida. La baja de Ion Izaguirre trastocó, por completo, todas las pretensiones del nuevo equipo ciclista, pero su incapacidad para reformularse no deja alternativa que considerar su Tour sin posibilidad de aprobar. Lejos de victorias con Colbrelli, apenas se han dejado ver en otras batallas. El equipo deberá crecer más allá de Vincenzo Nibali para ofrecer otras alternativas cuando el italiano no esté.
Los equipos de los sprinters no pueden irse con buenas notas del Tour. Al ya mencionado Lotto-Soudal de André Greipel se unen el Katusha-Alpecin y el Cofidis. Kristoff se ha quedado lejos de un triunfo de etapa, previsible después de su discreto año. En realidad, la bala que ha fallado en la escuadra suiza es Tony Martin, que no se ha impuesto en ninguna de las dos cronos de la carrera. El alemán ya dejó dudas en Dauphiné y las ha refrendado en la gran ronda francesa. El campeón del mundo se va de vacío en julio y tendrá que apurar para reeditar título mundial en septiembre. En el caso de la escuadra francesa, su mala racha en los últimos años se mantiene. Nacer Bouhanni lo ha intentado, pero es inferior ante otros velocistas punteros. Tampoco a través de fugas han sido capaces de mostrar sus mejores galas. Dani Navarro puso sus opciones en los Alpes, pero el asturiano, siempre voluntarioso, no ha encontrado las piernas de la temporada pasada.
Tres semanas de competición donde muchos se jugaban sus principales objetivos de la temporada. Con mayor o peor fortuna, los ciclistas y equipos se marchan con la cartilla bien clara. Afortunadamente, el ciclismo no muere con el Tour: por delante se antoja una segunda mitad de temporada vital, pese a la ausencia de focos. La Vuelta, el Mundial, Lombardía, San Sebastián… Reválidas suficientes y posibilidad de subir notas.