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Alberto Contador, los últimos compases

Alberto Contador, los últimos compases

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Dani Moya

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Alberto Contador lleva siete años sin ganar el Tour de Francia, aunque fue desposeído de su último triunfo en 2010. Y, sin embargo, siempre está en las quinielas. Las que hacen los medios, las que hacen sus rivales. El aporte, si no es definitivo, se aproxima mucho. El español lleva tiempo sin tener las mejores piernas del pelotón, pero nunca desaparece de los focos. Su ciclismo épico, su inconformismo con puestos menores le hace una amenaza constante para sus rivales. No es mal lema para el que ya tiene en su palmarés la Triple Corona.

El madrileño no ha ganado aún esta temporada. Es la primera que llega al Tour de Francia con el casillero de victorias vacío. Pero ha mostrado una elevada regularidad que resta los tintes negativos del anterior dato: ha sido segundo en Paris-Niza, la Volta a Catalunya y la Vuelta al País Vasco, además de hacer lo mismo en la Vuelta a Andalucía. Sólo Alejandro Valverde ha sacado mejores resultados de forma constante que él. Su gran resbalón ha sido el Dauphiné, donde estuvo lejos de los mejores, pese a que ya advirtió que no lo correría al 100% en sus esfuerzos, al contrario que lo hecho en años anteriores.
Es ésa una premisa que ha tenido muy clara Contador en la preparación de esta temporada. El del Trek-Segafredo quiere llegar fresco al Tour esta temporada, sin acumular demasiadas fatigas. Mantiene una meticulosa medición de cómo llegar a la ronda gala, sabedor de que estos años ha quedado lejos, fuera por caídas, porque las piernas fueran las de antaño o por el mayor nivel de sus rivales.
Contador decidió cambiar de aires, contaminado por la mala atmósfera que se vivía en el Tinkoff, escuadra ya desaparecida, y en busca de un equipo en el que los objetivos y roles estuviesen claros. No será el Trek estadounidense el conjunto más potente del Tour, pero compartirá nueve con hombres veteranos que conocen de sobra la carrera francesa y con corredores pujantes en la montaña que ya han brillado o han tenido resultados destacables en la Grande Boucle. Si el equipo rinde al nivel que espera el español, estará notablemente más arropado que en anteriores ediciones y podrá buscar estrategias alternativas a las de la hazaña en solitario.
El recorrido del Tour no es el más duro de los últimos años, pero presenta algunas etapas ideales para emboscadas. Ésas que pueden lograr cambiar el sino de una carrera. El autor de Fuente Dé o Formigal, de aquella locura en 2011 a 92 km de Alpe D’Huez, no renunciará a la épica si la necesita. Ése es el temor y respeto de todos sus rivales. Puede que Contador no sea el rival más inmediato del líder, pero será juez y parte como para tenerle el respeto suficiente como el máximo perseguidor. Froome le señala como uno de sus principales rivales junto a Romain Bardet y Richie Porte. Él mejor que nadie sabe lo que es un reventón en la carrera por parte del madrileño. Ya se lo ha hecho hasta en dos ocasiones en la Vuelta a España. Este mismo año intentó algo parecido en la París-Niza, pero le faltaron exiguos 2” para levantarle el título a Sergio Henao, del Sky. Ésa será la gran baza del español para hacerse con el triunfo final. Contador posee una lectura de carrera privilegiada, además de una valentía sobresaliente que rompe los esquemas en un ciclismo a veces excesivamente medido. La espontaneidad es un recurso que no todos tienen en el pelotón.
Alberto Contador se enfrenta, además, al tramo final de su carrera deportiva. Amagó con retirarse, precisamente, a final de la temporada pasada, aunque se retractó para continuar, al menos, dos años más. Justo ésa es la duración de su contrato con el Trek-Segafredo, por el que ha firmado con el Tour de Francia como objetivo por encima de todo. El pistolero quiere retirarse con un triunfo en París para redimirse después de la sanción que le desposeyó de su último título en los Campos Elíseos. Un hambre, una mentalidad y una concentración, que habrá de ser acompañada por las piernas, ya que no sube al pódium en el Tour precisamente desde aquel 2010.
Son los últimos compases del que baila sobre la bicicleta. Alberto Contador siempre está, siempre compite. Es ciclismo. Con él, el Tour, puede ser una carrera impredecible. Tanto, como saber quién alzará los brazos de amarillo el último día. El de Pinto vuelve a estar en la terna. Una vez más.
 
Trayectoria en el Tour de Francia
2005: 31º en la clasificación general.
2007: 1º en la clasificación general, maillot de los jóvenes. Una etapa.
2009: 1º en la clasificación general. Dos etapas.
2010: Descalificado.
2011: Resultados anulados por sanción.
2013: 4º en la clasificación general.
2014: Abandona.
2015: 5º en la clasificación general.
2016: Abandona.

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